Adèle Haenel | ||
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Haenel en 2017 | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
11 de febrero de 1989 Montreuil (Francia) | (35 años)|
Nacionalidad | Francesa | |
Lengua materna | Francés | |
Características físicas | ||
Altura | 1,75 m | |
Familia | ||
Pareja | Céline Sciamma (2007-2018) | |
Educación | ||
Educada en | Lycée Montaigne | |
Información profesional | ||
Ocupación | Actriz de cine y actriz de teatro | |
Área | Cinematografía, televisión, teatro y película | |
Años activa | 2002-2023 | |
Obras notables | ||
Miembro de | Colectivo 50/50 | |
Premios artísticos | ||
Premios César |
Mejor actriz 2014 Les Combattants Mejor actriz de reparto 2013 Suzanne | |
Distinciones |
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Firma | ||
Adèle Haenel (Montreuil, 11 de febrero de 1989) es una actriz francesa retirada, conocida por haber obtenido dos premios César, como mejor actriz y mejor actriz secundaria en 2014 y 2015, respectivamente.[1]
Es hija de una maestra francesa y de un traductor de origen austriaco; vivió sus primeros años en Montreuil (Sena-Saint Denis). Se licenció en Economía y Sociología, y luego cursó estudios superiores en Física y Biología Marina. Por otro lado (además de ser cinturón verde de judo), es una experimentada actriz de teatro: empezó en 2012 con una representación de 'La Gaviota', de Anton Chéjov, y en 2016 participó en Viejos tiempos, de Harold Pinter.
En 2007 participó en la película Naissance des pieuvres de Céline Sciamma. Luego continuó con sus estudios en clases preparatorias económicas y comerciales. Entre sus películas más notables se encuentra Suzanne, de Katell Quillévéré.
En 2016 actuó en La chica desconocida, film de investigación criminal, muy matizada psicológicamente, de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne.
Haenel se ha reconocido abiertamente lesbiana y ha llegado a interpretar varios papeles lésbicos bajo la dirección de su expareja, Céline Sciamma.[2]
Fue nominada a los premios César a la mejor actriz revelación por la película Naissance des pieuvres. En 2014, ganó el premio César a la mejor actriz secundaria con la película Suzanne, de Katell Quillévéré. Un año después consiguió el César a la mejor actriz por interpretar a Madeleine Beaulieu en la película Les Combattants.[3]
El 3 de noviembre de 2019, Mediapart publicó una investigación sobre la relación entre Adèle Haenel y el director Christophe Ruggia.[4] Ella acusó al director de realizarle "tocamientos" y de "acoso sexual" cuando tenía entre 12 y 15 años e iba a su casa los fines de semana. El 4 de noviembre, Christophe Ruggia fue dado de baja por la Sociedad de Directores de Cine. El mismo día, Adèle Haenel ofreció una larga entrevista filmada en Mediapart, donde explicó que inicialmente no había presentado demanda contra Christophe Ruggia porque consideraba que la justicia fallaba en casos así. La fiscalía está investigando el caso por los cargos de "acoso sexual" y "agresión sexual". Tras la entrevista, Adèle Haenel finalmente decidió presentar una denuncia el 26 de noviembre de 2019.[5]
Tras negar inicialmente los hechos, Ruggia acabó reconociendo haber «cometido el error de actuar como Pigmalión con los malentendidos y trabas que suscita», pero a mediados de diciembre, en la revista Marianne, achacó la “hostilidad” de la actriz a que la hubiese rechazado para una película.[6]
Varias actrices han manifestado su apoyo a Haenel, al igual que la escritora Vanessa Springora, autora del libro El consentimiento, donde relata su relación a mediados de los años 80, cuando tenía 14 años, con el escritor Gabriel Matzneff, de 50, ante la complacencia de todo su entorno. La denuncia ha supuesto un revulsivo para poner sobre la mesa el debate sobre la laxitud del mundo intelectual y artístico en lo relativo al abuso de menores.
En febrero de 2020 durante la ceremonia de los Premios César, Haenel se levanta de su asiento y sale de la sala gritando «¡Qué vergüenza!», como protesta en el momento en el que se anuncia el premio como mejor director a Polanski.[7]
Periodistas como Michel Guerrin, redactor en jefe del diario Le Monde, destacaron el gesto político de la actriz al realizar la denuncia y recuperar en Francia las denuncias del movimiento MeToo. «Adèle Haenel habla de sí misma, pero sobre todo se dirige a nosotros. En una palabra, es política».[8]