El término aizuri-e (藍摺絵 «imagen impresa en azul»?) engloba a las impresiones xilográficas japonesas que se entintan total o predominantemente en azul. Cuando se emplea otro color, suele ser el rojo; incluso si se utiliza un solo tipo de tinta azul, se logran variaciones en la luminosidad al superponer varias impresiones sobre una misma parte del diseño o al aplicar una gradación en la tinta del bloque de madera (bokashi).
El desarrollo del aizuri-e se asoció con la importación del pigmento azul de Prusia desde Europa en la década de 1820.[1][2] Los comerciantes chinos y holandeses traían la mercancía al país, y el pigmento fue rápidamente adoptado por los artistas japoneses.[3] La teoría de que esta técnica fue impulsada por las leyes suntuarias de 1842 conocidas como las reformas Tenpō ya no es ampliamente aceptada.[4]
Este color presentaba una serie de ventajas sobre el índigo o los tintes de pétalos de flor de Santa Lucía, que se usaban anteriormente para crear el azul: era más vívido, tenía una mayor gama tonal y era más resistente a la decoloración.[5] Demostró ser particularmente efectivo para expresar profundidad y distancia, y su popularidad puede haber sido un factor importante en el establecimiento del «paisaje puro» (sin figuras humanas) como un nuevo género para el ukiyo-e.[6]
Katsushika Hokusai empleó el aizuri-e en una primera edición de su célebre serie Treinta y seis vistas del monte Fuji hacia 1830. El azul es un tono característico del autor, al que se puede relacionar un significado simbólico de vida y renacimiento, que a su vez se asocia a la preocupación de Hokusai por la longevidad y la vida eterna. También utilizó el azul de Prusia para el delineado en ciertos grabados en lugar de negro. En versiones posteriores, el aizuri-e abandona la monocromía para acompañar al azul en diferentes gradaciones con otros tonos claros. Además de Hokusai, otros artistas como Hiroshige y Kunisada usaron el azul de Prusia para sus impresiones.[7]