Alberto Arvelo Torrealba | ||
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Alberto Arvelo Torrealba en 1952. | ||
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Ministro de Agricultura y Cría | ||
6 de octubre de 1952-14 de julio de 1953 | ||
Presidente |
Germán Suárez Flamerich Marcos Pérez Jiménez | |
Predecesor | Pedro José Lara Peña | |
Sucesor | Armando Tamayo Suárez | |
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Gobernador de Barinas | ||
5 de mayo de 1941-6 de febrero de 1945 | ||
Presidente | Isaías Medina Angarita | |
Predecesor | Carlos Jordán Falcón | |
Sucesor | Francisco Betancourt Sosa | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
3 de septiembre de 1905 Barinas, Venezuela | |
Fallecimiento |
28 de marzo de 1971 (65 años) Caracas, Venezuela | |
Nacionalidad | Venezolana | |
Familia | ||
Cónyuge | Rosa Dolores Ramos Calles | |
Hijos | Alberto Arvelo Ramos y Mariela Arvelo Ramos. | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Central de Venezuela | |
Información profesional | ||
Ocupación | Abogado, diplomático, poeta, traductor | |
Obras notables | Florentino y el diablo | |
Partido político | Independiente | |
Miembro de | Academia Venezolana de la Lengua | |
Distinciones | ||
Firma | ||
Alberto Arvelo Torrealba (Barinas, 3 de septiembre de 1905-Caracas, 28 de marzo de 1971) fue un poeta, ensayista, abogado, político, diplomático y crítico literario venezolano. Su gran reconocimiento en la cultura popular y en la identidad venezolana se debe a su creación en verso, Florentino y El Diablo.
En el seno de su familia destacaban varios poetas, como su madre, Atilia Torrealba de Arvelo, y sus primos hermanos, Alfredo Arvelo Larriva y Enriqueta Arvelo Larriva.[1][2] Estudió primaria en su ciudad natal y secundaria en el Liceo San José de Los Teques, al que ingresó como interno a los 16 años de edad y luego en el Liceo Caracas,[3] graduándose de bachiller en 1927. En 1935, se graduó como abogado y luego de doctor en ciencias políticas, habiendo estudiado en la Universidad Central de Venezuela.[4][5]
Poeta en la tradición de los llamados «aedas del llano», publica su primer volumen de versos, Música de Cuatro, en 1928. Fue docente de castellano y literatura en varios liceos y colegios de Caracas desde 1935 hasta 1936, cuando accede al cargo de Inspector técnico de educación secundaria en el Distrito Federal e inspector de primaria en Barinas y Apure.
[…] Y vio que el hombre de la llanura era, ante la vida, indómito y sufridor, indolente e infatigable; en la lucha, impulsivo y astuto; ante el superior, indisciplinado y leal; con el amigo, receloso y abnegado; con la mujer voluptuoso y áspero; consigo mismo, sensual y sobrio. en sus conversaciones, malicioso e ingenuo, incrédulo y supersticioso; en todo caso alegre y melancólico, positivista y fantaseador. Humilde a pie y soberbio a caballo. Todo a la vez y sin estorbarse, como están los defectos y virtudes en las almas nuevasRómulo Gallegos en alusión a los llaneros
Más tarde ocuparía varios cargos públicos. En 1937 es nombrado Secretario de gobierno del estado Portuguesa y luego Gobernador del estado Barinas entre 1941 y 1945. Durante su gobierno se sanearon los cauces de los ríos Pagüey y Masparro, además de reabrir el comercio con el territorio de los llanos de occidente.[6] Realizó carrera diplomática, como embajador en Bolivia entre 1952 y 1953 y en Italia entre 1953 y 1955. También se desempeñó como presidente del Consejo Técnico de Educación en 1940 y Ministro de Agricultura y Cría entre 1952 y 1953 en el período dictatorial del Gnrl. Marcos Pérez Jiménez.[4]
En 1940 publica su obra más famosa, el poema Florentino y El Diablo. Del mismo existen dos versiones más, de 1950 y 1957. En esta obra, el llanero Florentino se bate a duelo de canto con el diablo.[1] La obra es considerada como folklore del pueblo venezolano y ha sido adaptada al cine, teatro y televisión.[7][8] El maestro Antonio Estévez compuso su “Cantata Criolla” utilizando la letra de Florentino y El Diablo.[1] Arvelo Torrealba también tradujo obras de Giuseppe Ungaretti.[6]
Durante el bienio 1964-1965 se le concede el Premio Nacional de Literatura por su libro Lazo Martí, Vigencia en Lejanía. En 1968 fue incorporado a la Academia Venezolana de la Lengua, como individuo de número. Un municipio de su natal estado Barinas lleva su nombre, honrando así su memoria.[9]
Su salud a partir de 1969-1970 era deplorable. Se le había amputado una pierna. Sin embargo, conservó el sentido del humor, razón por la cual escribió una improvisada cuarteta a raíz de su operación quirúrgica:[5]
La pata metió la pata
y tantas vainas echó,
que por torpe y por ingrata
bisturí se la sopló.
Falleció en la madrugada el 28 de marzo de 1971 en Caracas, tras largos años de malestares.
Hijo de Pompeyo Arvelo y Atilia Torrealba de Arvelo, provenía de una familia de poetas. Su madre Atilia, fue una importante poetisa de Barinas. Tuvo cinco hermanos: Pompeyo, Rafael Ángel, Aura Atila, Marco Antonio y María Lorenza Arvelo Torrealba. En 1936, contrajo nupcias con Rosa Dolores Ramos Calles y de esa unión nacieron Alberto y Mariela Arvelo Ramos.[1][5]
Su obra poética refleja la tradición y costumbres de la región de los llanos venezolanos y la vida de sus habitantes. Tras una aparente y engañosa ubicación dentro del criollismo y del nativismo, Alberto Arvelo Torrealba nos ofrece una poesía de gran fuerza lírica y épica, a la cual no son ajenas las reflexiones filosóficas y existenciales, aunque sin disminuir ni enajenar la intensidad estética. Tuvo una vasta producción la cual está representada principalmente en seis libros:
La gran popularidad de sus versos se explica por los temas sacados de la vida y del paisaje cotidiano del habitante de las llanuras venezolanas, y por el uso de formas métricas y estróficas de atractiva sonoridad y de larga tradición popular, heredada de nuestro pasado hispánico: el octosílabo, la copla, la décima o espinela, el romance… Pero sus imágenes son muchas veces herméticas, producto de una elaboración poética rica y compleja, con los recursos de una vasta cultura.