Aneurisma de aorta abdominal | ||
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Especialidad | cirugía vascular | |
Síntomas | Ninguno, dolor abdominal, de espalda o de piernas[1] | |
Factores de riesgo | Tabaquismo , hipertensión arterial , otras enfermedades del corazón o de los vasos sanguíneos , antecedentes familiares , síndrome de Marfan[1] | |
Diagnóstico | Imágenes médicas (diámetro de la aorta abdominal > 3 cm) | |
Tratamiento | Cirugía (cirugía abierta o reparación de aneurisma endovascular)[1] | |
El aneurisma de aorta abdominal[2][1] es una dilatación localizada de la aorta abdominal cuando el diámetro es más grande que 3 cm o 50% más grande de lo normal.[3] Normalmente no causan síntomas sino cuando se rompen.[3] Ocasionalmente quizás haya dolores en el abdomen, espalda o pierna.[4] Aneurismas grandes pueden sentirse a veces con empujar el abdomen.[4] Rupturas pueden resultar en dolor en el abdomen o la espalda, hipotensión o síncope (un desmayo breve).[3][5]
Los aneurismas de aorta abdominales son más comunes en varones con más de 50 años; también una historia de la enfermedad en la familia es un factor de riesgo.[3] Otros factores que aumentan el riesgo incluyen fumar, hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares.[6] Condiciones genéticas con un riesgo aumentado de riesgo incluyen el síndrome de Marfan y el síndrome de Ehlers-Danlos. Un aneurisma de aorta abdominal es la forma más común de aneurismas de aorta.[7] Aproximadamente 85% ocurren bajo del nivel de los riñones con los demás ocurriendo o a nivel con los riñones o por encima de ellos.[3] En los Estados Unidos se recomiendan hacer un cribado con ultrasonido a hombres entre los 65 y 75 años con una historia de haber fumado.[8] En el Reino Unido se recomienda que todos los hombres con más de 65 años deben recibir un cribado.[3] Después de haber encontrado un aneurisma se practica más ultrasonidos regularmente.[4]
La mejor forma de prevenir la enfermedad es no fumar. Otros métodos incluyen tratar hipertensión, tratar hipercolesterolemia y no tener sobrepeso.[3] Normalmente se recomienda cirugía cuando el diámetro de un aneurisma de aorta abdominal tiene un tamaño de hasta >5.5 cm en varones y >5.0 cm en mujeres.[3] Otras razones para reparar el aneurisma incluyen la presencia de síntomas y un aumento rápido en tamaño.[4][3] En comparación con la cirugía abierta, la reparación del aneurisma endovascular tiene menos riesgo de la muerte a corto plazo cuando el enfermo está ingresado en un hospital pero no siempre existe esta opción.[3][9][10] Parece que no existan diferencias entre los dos tratamientos en el largo plazo.[11] Con la reparación del aneurisma endovascular existe una necesidad más alta de repetir los procedimientos.[12]
Los aneurismas de aorta abdominales afectan entre 2% y 8% de hombres con más de 65 años.[3] En los enfermos con un aneurisma que es menor de 5.5 cm el riesgo de ruptura en el primer año es menos de 1%.[3] Entre los aneurismas entre 5.5 y 7 cm el riesgo es aproximadamente 10% mientras que los enfermos con un aneurisma más grande de 7 cm es aproximadamente del 33%.[3] Si ocurre una ruptura la mortalidad es entre 85-90%.[3] Durante el año 2013, los aneurismas de aorta causaron 152 000 muertos, mientras que en 1990 habían de 100 000 los fallecidos por esa causa.[13] En los Estados Unidos los aneurismas de aorta abdominales resultaron en entre 10000 y 18000 muertos en 2009.[7]
Los mecanismos que conducen al desarrollo de los AAA todavía no son totalmente comprendidos, a nivel celular y molecular. De modo a mejor estudiar la patofisiología de esta enfermedad, es frecuentemente necesario recorrer a modelos experimentales en animales. Frecuentemente se cuestiona hasta qué punto estos modelos representan de forma adecuada la enfermedad humana. Aunque no exista ningún modelo que la represente al 100%, todos los modelos que existen enfocan un mecanismo patofisiológico diferente. Usando en conjunto los resultados obtenidos a través de diferentes modelos animales con la investigación clínica, se puede obtener una mejor visión de conjunto sobre la patofisiología del AAA. Los modelos animales más comunes son roedores (ratones y ratas), aunque en ciertos estudios que implican probar nuevos instrumentos preclínicos o procedimientos quirúrgicos, animales como las ovejas o los cerdos son más comúnmente usados. Los diferentes modelos en roedores pueden ser clasificados de acuerdo con diferentes aspectos. Existen los modelos de disección o no disección y los modelos genéticamente determinados o químicamente inducidos. Los más frecuentemente usados son el modelo de infusión de angiotensina II en ratones ApoE -/- (modelo de disección, químicamente inducido), el modelo del cloruro de calcio (no disección, químicamente inducido) y el modelo de la elastasa (no disección, químicamente inducido).[14][15]