A lo largo de la historia se han utilizado diversos sistemas de clasificación de instrumentos musicales. El sistema más utilizado divide a los instrumentos en instrumentos de cuerda, instrumentos de viento e instrumentos de percusión. Sin embargo, se idearon tras las clasificaciones.
El esquema de instrumentos musicales más antiguo fue creado en China y data del siglo IV a. C. Dicho esquema agrupa a los instrumentos de acuerdo a cómo están construidos. Un ejemplo de este sistema de clasificación son los instrumentos hechos de madera y los hechos de tierra, que se encuentran en un mismo grupo.
Tiempo después, se creó un tratado anónimo llamado Chou-Li (Programa de Chou), esto aproximadamente en el siglo II a. C.. En dicho tratado se daba el siguiente orden a la clasificación de los instrumentos: metal, piedra, arcilla, cuero, seda, madera, calabaza y bambú. De la misma manera, Tso Chiu-Ming, presentó el mismo orden en el siglo IV a. C.[1]: 176
Mucho más tarde, durante la dinastía Ming (1368-2024), el príncipe Chu Tsai Yu reconoció tres grupos: los instrumentos que utilizan la fuerza muscular o que son utilizados para el acompañamiento musical, los que se soplan y los que son rítmicos. El esquema creado por Chu Tsai Yu fue probablemente el primero de tipo académico. Los esquemas anteriores son solo taxonomías tradicionales, folclóricas.[2]
El sistema que clasifica a los instrumentos como de viento, cuerdas y percusión, usado al siglo XXI en Occidente, data de la antigua Grecia. Más tarde, esta clasificación fue ampliada por Martin Agricola, quien distinguió los instrumentos de cuerda pulsada, como la guitarra, de los instrumentos de cuerda frotada, como violín. Hoy en día, la música académica no siempre mantiene esa división (aunque los instrumentos de cuerdas pulsadas se distingan de los de cuerda frotada en las partituras), pero hay una distinción entre los instrumentos de viento con una caña (instrumentos de viento-madera) y los instrumentos de viento en general, donde el aire se pone en movimiento directamente sobre los labios (Instrumento de viento-metal).
Esta clasificación clásica se aplica en el contexto de la orquesta sinfónica, tanto en lo que se refiere a la orquestación y el análisis musical, como a la dirección. La asignación mutua entre ambas clasificaciones es la siguiente:
En el mismo contexto, la subdivisión usual de los instrumentos de viento se establece entre los siguientes grupos: el de los Instrumentos de madera, que independientemente del material de que están construidos incluye a los aerófonos de bisel (flautas), de lengüeta simple (clarinetes), de lengüeta doble (oboes) y de lengüeta libre (acordeón), y el grupo de los Instrumentos de metal, que comprende a los aerófonos de embocadura.
Fuera del contexto de la orquesta sinfónica podemos observar que los estudios formales de música (p.ej. en los conservatorios) comprenden instrumentos fuera de la orquesta como la guitarra (un cordófono) o el saxofón (un aerófono de lengüeta simple).
Sin embargo, existen problemas con este sistema. Se ha visto algunas veces que los instrumentos no occidentales no se ajustan de manera adecuada a dicha clasificación. Por ejemplo, un instrumento antiguo de nombre serpentón, debería ser clasificado como un instrumento de viento, ya que es un instrumento que se pone en marcha por los labios y produce su sonido al pasar aire por una columna. También hay problemas con la clasificación de ciertos instrumentos de teclado. Por ejemplo, el piano tiene cuerdas que son golpeadas por martillos. Este mecanismo genera confusión sobre si debe ser clasificado como un instrumento de cuerda o como un instrumento de percusión. Por esta razón, los instrumentos de teclado son muchas veces considerados como pertenecientes de una categoría propia. Al observar las categorías de este sistema de clasificación de los instrumentos, se obtiene una clasificación basada, principalmente, en la técnica necesaria para reproducir un instrumento.
Un antiguo sistema de origen indio, que data de al menos el siglo I antes de Cristo, divide a los instrumentos en cuatro principales grupos de clasificación: los instrumentos donde se produce el sonido por la vibración de cuerdas, donde se produce el sonido por la vibración de las columnas de aire, los instrumentos de percusión hechos de madera o metal, y los instrumentos de percusión con parches de piel, o membranas. Más tarde, Victor-Charles Mahillon adoptó un sistema muy similar a este. Fue el curador de la colección de instrumentos musicales del conservatorio de Bruselas, y para 1888 catalogó la colección dividida en cuatro grupos de instrumentos: cuerdas, vientos, percusión y otros tipos de instrumentos de percusión. Fue gracias al sistema creado por Mahillon que Erich von Hornbostel y Curt Sachs publicaron un extenso programa de nuevas clasificaciones en Zeitschrift für Ethnologie (Revista de Antropología Social), esto en el año de 1914. Este último sistema es utilizado hoy en día. Comúnmente se conoce al sistema como Hornbostel-Sachs (o el sistema de Sachs Hornbostel).
El sistema original de clasificación de instrumentos de Sachs-Hornbostel se divide en cuatro grupos principales, mismos que están dados por el elemento vibrante que produce el sonido:
Más tarde, Curt Sachs agregó una quinta categoría, los electrófonos, como el Theremín, que producen un sonido por medios electrónicos.[3] Dentro de cada categoría hay muchos subgrupos. El sistema ha sido criticado y revisado en los últimos años, pero sigue siendo ampliamente utilizado por los etnomusicólogos y organólogos.
Los instrumentos de cuerda y percusión son más similares entre ellos que con cualquiera de los demás instrumentos. De hecho, la existencia del piano pone en entredicho el límite entre las cuerdas y la percusión. Tanto en los instrumentos de cuerda como en los de percusión, el sonido se produce gracias a materia en estado sólido (cuerdas, membranas), mientras que los instrumentos de viento producen sonido gracias a materia en estado gaseoso (aire).
En 1932, Andre Schaeffner desarrolló un nuevo sistema de clasificación que fue "exhaustivo, que abarca todos los instrumentos reales y potencialmente imaginables".[1]: 176
Normalmente, los instrumentos occidentales también son clasificados por su rango musical en comparación con otros instrumentos de la misma familia. Estos términos se nombran después de las clasificaciones de voz:
Algunos instrumentos se dividen en más de una categoría. Por ejemplo, el violonchelo, puede ser considerado tenor o bajo, dependiendo de cómo se inscribe su música en el conjunto. De la misma manera, el trombón puede ser alto, tenor o bajo y el corno francés puede ser bajo, barítono, tenor o alto dependiendo del rango en que se toque.
Muchos instrumentos indican con parte de su nombre su área de distribución. Algunos ejemplos de ello son el saxofón alto, saxofón tenor, saxofón barítono, bombardino barítono, flauta alta, flauta, bajo, entre otros. Los adjetivos describen a los instrumentos por encima del registro de soprano o por debajo del registro más grave, por ejemplo: saxofón sopranino, clarinete contrabajo.
Estos términos son relativos cuando se utiliza en el nombre de un instrumento, que describe el alcance del instrumento en comparación con otros instrumentos de su familia y no en comparación con el rango de voz humana o los instrumentos de otras familias. Por ejemplo, el rango de una flauta baja es de C3 a F♯6, mientras que un clarinete bajo toca sobre una octava más abajo.
A veces, los instrumentos se clasifican según los materiales con el cual están hechos. Por ejemplo, los instrumentos de percusión hechos de metal, son también denominados metalófonos. De la misma manera, los instrumentos de piedra son llamados litófonos. Otro ejemplo son los instrumentos de viento hechos de metal, a los cuales se les otorga el nombre de instrumentos de viento-metal.
Por otra parte, también se puede clasificar a los instrumentos de acuerdo con el método de su construcción en lugar de sus materiales. Por ejemplo, los lamelófonos son instrumentos que producen sonido mediante el "desplume" de su "laminillas" o tiras de metal en forma de lengüeta, madera, bambú o fijando a un sonido de bordo o resonador.
Según la clasificación de instrumentos musicales de Hornbostel-Sachs, los lamelófonos se consideran idiófonos pulsados, una categoría que incluye a diversas formas de arpa mandíbulada y cajas de música mecánicas europeas, así como también a una gran variedad de pianos de pulgar africanos y afro-latinos, como el mbira y la marímbula. Estos instrumentos son autóctonos del continente africano. Se caracterizan por su calidad de sonido único, producido por la pulsación de sus "láminas", lenguas o tiras de metal, fijadas a un borde sobre una caja de resonancia hecha de madera. Comúnmente denominados: Mbira, Mbila, Kalimba, Karimba, Agidigbo, Sansa, Zanza, Kankowele, Likembe, y muchos otros nombres en función de su filiación cultural, estos instrumentos son una contribución única al mundo de la música.