La apofenia (del griego ἀπό, apó, "separar, alejar", y φαίνειν, phaínein, "aparecer, manifestar(se) como fenómeno, fantasía") es la experiencia que consiste en percibir patrones, conexiones o ambos en sucesos aleatorios o en datos aparentemente sin sentido. Este término tiene acepciones diferentes en los ámbitos de la psicología y de la estadística, donde también suele utilizarse.[1]
El término fue acuñado en 1959 por el neurólogo y psiquiatra alemán Klaus Conrad, quien lo definió como «visión sin motivos de conexiones» acompañada de «experiencias concretas de dar sentido anormalmente a lo que no lo tiene». Por ejemplo, se piensa en un teléfono y este suena por casualidad; sin embargo, se puede creer que sonó porque el pensamiento lo provocó. Algunos profesionales de salud de urgencias creen que las noches de luna llena son más agitadas que las demás; esto se debe a que se presta atención cuando efectivamente ocurren simultáneamente, y se ignoran los casos que se oponen a la creencia.
En 2001 el neurocientífico Peter Brugger citó la terminología de Conrad,[2] y definió este término como la "percepción no motivada de conexiones", acompañada de la "experiencia específica de dar un significado anormal".
En estadística, la apofenia suele estar relacionada con un error de tipo I, que puede llevar a conclusiones falsas en una investigación. La probabilidad de encontrar una asociación espuria o casual entre dos variables, y creer erróneamente que se ha encontrado una asociación real, se incrementa cuando en lugar de aplicar el método científico se realiza el hackeo estadístico de una base de datos (p-hacking). Esta mala práctica consiste en jugar con una base de datos y relacionar la variable dependiente con todas las posibles variables independientes hasta encontrar una asociación estadísticamente significativa, sin haber establecido previamente un marco conceptual y una hipótesis de investigación que justifiquen por qué se van a estudiar estas relaciones.[3] La publicación de estos resultados en revistas científicas es una de las causas de la pérdida de credibilidad y reproducibilidad de la ciencia, lo que ha llevado a muchos científicos a realizar manifiestos de alerta.[4]
Conrad describió originalmente este fenómeno en relación con la distorsión de la realidad presente en la psicosis y se ha sugerido que la apofenia puede estar vinculada con la creatividad, pero se ha utilizado más ampliamente para describir esta tendencia en individuos sanos, sin que esto implique necesariamente la presencia de enfermedades neurológicas o mentales. La apofenia también se usa a menudo como explicación de afirmaciones paranormales o religiosas. A la larga, todos seríamos descendientes de aquellos homínidos cuyos cerebros asociaron los ruidos detrás de la hierba con la presencia de un animal hostil al acecho. Ante estas presiones ambientales, la percepción de patrones y la supuesta intencionalidad de los eventos naturales son sensaciones emergentes inevitables.[5] Se piensa que los seres humanos somos criaturas buscadoras de patrones por naturaleza, pues la evolución seleccionó positivamente la asociación entre eventos.[6]
La apofenia se asemeja a la ilusión llamada pareidolia, solo que en la pareidolia se perciben formas reconocibles en objetos de la vida cotidiana, como ver caras en las nubes.[cita requerida]