La arboricultura es la ciencia que comprende la selección, propagación, cuidado y tala selectiva de plantas perennes y leñosas, como árboles y arbustos, el estudio de su crecimiento y que incluye a las prácticas tradicionales.
Su objetivo es gestionar pies individuales, generalmente situados en jardines o áreas urbanas, para aumentar su salud, longevidad, resistencia a patógenos y mejorar sus características estéticas. No obstante, es una ciencia autónoma, independiente de la ciencia forestal o silvicultura, que gestiona, mantiene, explota y conserva los bosques naturales. Se considera que la arboricultura es a la silvicultura lo que la jardinería a la agricultura.
De este concepto, se deriva silvicultura urbana que es una rama especializada de la silvicultura que tiene por finalidad el cultivo y la ordenación de árboles con miras a aprovechar la contribución actual y potencial que éstos pueden aportar al bienestar de la población urbana, tanto desde el punto de vista fisiológico como sociológico y económico[1], donde los esfuerzos deberían estar centrados en un programa de gestión del arbolado urbano y así abordar los desafíos del cambio climático.
Para el caso de Chile, la necesidad de programas de Arborización Urbana ya se viene abordando con programas como Parques Urbanos (MINVU), Áreas verdes comunitarias (MMA), Programa Arborización (CONAF), entre otras iniciativas público – privadas.
Para el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU)[¿dónde?], la Infraestructura Verde, es uno de los ejes estratégicos que promueve las soluciones basadas en la naturaleza y reconoce el papel fundamental de los servicios ecosistémicos en el bienestar humano, donde la planificación del arbolado urbano está siendo abordada principalmente desde un enfoque técnico y propuesta de un Programa de Gestión de Arbolado Urbano para la Región de Tarapacá.
Una persona que practica o estudia la silvicultura puede denominarse arbolista o arboricultor[2][3]. Por lo general, un arboricultor es alguien formado en el cuidado físico y la manipulación de los árboles, por lo que forma parte del proceso arborícola y no es un arboricultor[4]. La gestión de riesgos, las cuestiones jurídicas y las consideraciones estéticas desempeñan un papel importante en las prácticas silvícolas. Las empresas a menudo tienen que contratar a profesionales del cuidado de los árboles para que realicen "evaluaciones del peligro de los árboles" y, en general, cuiden de los árboles de las instalaciones para cumplir sus obligaciones en materia de salud y seguridad[5].
La dendrología se ocupa principalmente de las plantas leñosas y los árboles que se cultivan con fines paisajísticos y recreativos, normalmente en jardines, parques u otras zonas residenciales, por especialistas en dendrología para el disfrute, la protección y el beneficio de las personas[6].
Las cuestiones silvícolas también se consideran parte de las prácticas de silvicultura urbana, pero no se hace una distinción clara y separada[7][8].
Un defecto de la madera es cualquier característica, condición o deformación de un árbol que indique una estructura débil o inestabilidad que pueda provocar la muerte del árbol.
Tipos comunes de defectos en los árboles: Tallos codominantes: dos o más tallos que crecen hacia arriba desde un mismo punto y compiten entre sí.
Corteza incorporada: la corteza forma parte de la articulación entre las dos extremidades, lo que crea una unión débil
Ramas muertas, enfermas o rotas:
En idioma inglés: