El argumento ad antiquitatem (también llamado apelación a la tradición) es una falacia lógica que consiste en afirmar que, si algo se ha venido haciendo o creyendo desde hace tiempo, entonces es que está bien o es verdadero.[1]
Tanto este argumento como su opuesto, el argumento ad novitatem (también llamada apelación a la novedad), son falaces porque la veracidad de un argumento no depende de si este es nuevo o antiguo, sino de los hechos y evidencias que lo apoyan.
Además, este tipo de argumento (cuya frase significativa se encarna en «todo pasado fue mejor»)[2] hace dos suposiciones:[3]
Hay una famosa historia que ejemplifica el absurdo implícito de la apelación a la tradición. En la misma, se halla una mujer que, cada vez que cocina jamón, empieza cortando un extremo de este y tirándolo. Cuando su hija le pregunta por este comportamiento, ella admite que lo hace solamente porque su madre lo hacía de esa manera. A la última le entra curiosidad y le pregunta a su progenitora sobre por qué cortaba el jamón de esa manera; pero ella de nuevo le dice que lo hace porque así es como su madre lo hacía. Cuando van las dos a preguntar a la abuela, ella dice que cortaba el extremo del jamón únicamente porque, de otra forma, no cabía en su cacerola, hoy obsoleta. Hay diversas variantes de esta historia.
La falacia opuesta es la apelación a la novedad, que afirma que algo es bueno solamente por ser nuevo.[4][5]
Tanto el argumento ad antiquitatem como su opuesto, de apelación a la novedad, son falaces, puesto que la veracidad de un argumento no depende de si este es nuevo o antiguo, sino de los hechos y evidencias que apoyan dicha idea.[6]