La bendición de animales es un ritual presente en algunas religiones para cumplir diferentes propósitos. El acto de bendecir a una especie animal, implica un vínculo con el ser humano, sea este un animal de compañía (mascota), de servicio, ganado u otros animales domesticados para el uso del sector agropecuario.[1] Es una práctica común en la mayoría de las denominaciones del cristianismo, así como también en el islam, el judaísmo, el budismo,[2] el sintoísmo, hinduismo, entre otras. Asimismo, históricamente, la bendición de un animal previa a las prácticas de sacrificio de animales o rituales donde se les utilizan, ha sido considerado como un elemento clave para algunas creencias.[3]
Como parte de las celebraciones del día mundial de los animales, cada 4 de octubre diversas religiones realizan este ritual de diferentes formas.[4] La bendición animal es considerada como parte de las prácticas de bienestar de los animales.[5]
Dentro del catolicismo, es común realizar bendiciones a animales por parte de sacerdotes, principalmente a mascotas y animales que sirven de ayuda a los discapacitados, como los perros de asistencia. Dicho ritual consiste en verter agua bendita sobre el cuerpo del animal, acompañado de algún rezo u oración especial para la ocasión.[6] En algunos países, dichas ceremonias son celebradas cada 4 de octubre, en conmemoración a San Francisco de Asís, quien es considerado como el santo patrono de los animales,[7] en otros es celebrado los 17 de enero, día en que se conmemora a San Antonio Abad.[8]
En otras iglesias no católicas, como la metodista y la anglicana,[9] se celebran cultos de bendición animal, donde los fieles llevan a sus mascotas para que reciban la bendición del pastor u obispo, dependiendo el tipo de congregación.[10]En algunas iglesias luteranas son celebradas bendiciones para "todas las criaturas de Dios", lo que también incluye la bendición de plantas y jardines.[11][12]