Britannic | ||
---|---|---|
Imagen coloreada del verdadero Britannic durante la I Guerra Mundial | ||
Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción | Paul Colichman (para Fox Family) | |
Basada en | Hundimiento del HMHS Britannic, el 21 de noviembre de 1916 | |
Música | Alan Parker | |
Protagonistas |
| |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Reino Unido | |
Año | 2000 | |
Género | Romance, drama televisivo y cine catástrofe | |
Duración | 93 minutos | |
Idioma(s) | ||
Compañías | ||
Distribución | Netflix | |
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Britannic es una película británica de 2000 adaptada para televisión, dirigida por Brian Trenchard-Smith y producida por la red de cable Fox Family (perteneciente a Fox Broadcasting Company).
Se trata de un relato de ficción sobre el hundimiento del HMHS Britannic frente a la isla griega de Kea, en noviembre de 1916, que explora la teoría de que un agente alemán saboteó el transatlántico, que sirvió como buque hospital para la Armada Británica. Está protagonizada por Edward Atterton y Amanda Ryan, y actúan en papeles secundarios Jacqueline Bisset, Ben Daniels, John Rhys-Davies y Bruce Payne.[1]
Durante la Primera Guerra Mundial, en 1916, el HMHS Britannic, tercer buque de la Clase Olympic, a la que pertenecía el Titanic, y cuya construcción se dio en los astilleros de Belfast, ha sido utilizado como barco hospital desde 1915, con actuaciones como el transporte de heridos de la batalla de Galípoli. Sin embargo, durante su atraco en Southampton, abordan los pasajeros de primera clase Lady Lewis (Jacqueline Bisset), sus hijos y su aparente institutriz, Vera Campbell (Amanda Ryan), quienes viajan en el barco para reunirse con el esposo de la primera, que es embajador en Grecia. Pero Campbell no resulta ser una institutriz cualquiera pues, aparte de ser una superviviente del hundimiento del Titanic (hecho en el que perdió la vida su marido), es una agente encubierto de la inteligencia británica que se embarca con la misión de identificar a un espía alemán.
Éste espía no es otro que el falso capellán del barco, Reynolds (Edward Atterton), quien descubre armas que cree están siendo transportadas en violación de las leyes de guerra. A partir de esto y desconociendo que el Capitán Bartlett (John Rhys-Davies) ha llevado las armas a bordo para enfrentarse a cualquier posible motín, inicia acciones tanto para tomar el barco o, finalmente, hundirlo, incluyendo la incitación a un motín de los fogoneros irlandeses, miembros de la Hermandad Republicana Irlandesa.
Cada uno de sus intentos es desbaratado por Vera y otros integrantes de la tripulación. Desprevenido de la verdadera identidad de la institutriz, Reynolds comienza una relación con esta mujer por la que se siente atraído. Una noche, Vera entra al camarote del espía y se besan apasionadamente hasta que finalmente tienen relaciones sexuales. Vera descubre que el farsante capellán resulta ser el impostor al darse cuenta de que a su chaleco le faltaba un botón que había perdido durante uno de los enfrentamientos contra otros integrantes de la tripulación, el capellán logra hacer estallar una bomba formando un agujero a proa en el lado de babor del buque. El Britannic, irremediablemente dañado, trata de dirigirse a la isla de Cea, a poco más de diez kilómetros, para encallar en sus costas y evitar el desastre, pero esta operación acelera la entrada de agua en el casco.
Durante la maniobra de abandono, Vera descubre que uno de los hijos de Lady Lewis ha desaparecido. Reynolds la ayuda en su búsqueda y logran poner al niño en un bote salvavidas; sin embargo, Reynolds queda atrapado por una explosión en uno de los compartimientos que se está inundando, lo que fuerza a Vera a volver en su ayuda. Atravesando distintas partes de la nave - que sigue hundiéndose -, la pareja trata de encontrar el camino para abandonarla. Una vez en la superficie, logran alcanzar un bote todavía amarrado a los pescantes del barco al mismo tiempo que observan como otro es destrozado junto con sus ocupantes por una de las hélices del Britannic. Finalmente, Reynolds logra atar a Vera a una cuerda arrojada desde un tercer bote y la arroja al mar a pesar de que ella quiere permanecer junto a él. Seguidamente, y tras cortar las cuerdas que lo mantenían amarrado al barco, muere bajo la hélice. Tras esto, el gran buque rola sobre estribor y se hunde bajo la superficie del mar. Consolada por el segundo oficial que califica como heroico el comportamiento de Reynolds, Vera cita un poema[nota 1] en el momento en el que un buque de guerra llega para rescatar a los sobrevivientes.
Algunos rumores dicen que el barco fue torpedeado por un submarino alemán, porque los alemanes pensaban que transportaba municiones para el frente de guerra británico. Aunque el rumor nunca fue confirmado, la historia se ha mantenido. La película se basa en esta leyenda.
Actualmente, se sabe que el Britannic fue hundido por una única mina, colocada por un submarino alemán.
El argumento difiere de los hechos reales en varios puntos, la diferencia más notable es el hundimiento del barco por un espía alemán. Hay otras diferencias de orden menor, tanto históricas como del propio barco.
En la película, la Gran Escalera es representada como una simple escalera convencional en forma de "espiral cuadriculada", cuando en realidad era bastante parecida a la presente a bordo de los otros barcos de la clase Olympic, aunque en lugar de estar decorada con paneles, la pared de acero estaría descubierta, pintada de color blanco, y los rellanos serían más espaciosos en comparación con sus buques hermanos. Además, en la película, en lugar de la cúpula de cristal con una araña de 50 luces, se muestra un techo normal de acero con una lámpara de entre 6 y 8 bombillas.
Al contrario de lo mostrado en el filme, no hubo ningún motín o intento de toma del barco.
Al contrario de lo mostrado en la película, no hubo ningún intento alemán de hundir el transatlántico, justamente por tratarse de un buque hospital, ya que estaría violando las leyes de guerra.
En la película los botes salvavidas son destruidos por la hélice de estribor del Britannic, pero en realidad los botes fueron destruidos por la de babor.
Los botes salvavidas son representados en el filme completamente blancos, pero en la realidad tenían la parte superior de color marrón, como en el Titanic. En la película se muestran dos botes destruidos por las hélices. Si bien esto es históricamente correcto, se observa que, el primero de los botes está ocupado por un número importante de ocupantes mientras que el segundo, sólo contiene a Reynolds. Los informes indican, en cambio, que las 30 personas fallecidas en el naufragio se encontraban distribuidas entre ambos botes en un número similar. Por otro lado, ambos son destruidos al principio del abandono del transatlántico y no al final de su hundimiento como se observa en el film. Además, ningún bote quedó flotando mientras estaba sujeto a los pescantes.
En el sueño de Vera sobre el hundimiento del Titanic, el barco se hunde sin romperse en dos y, además, a una velocidad exageradamente alta, esto podría deberse a que solo se trata de un sueño. También los botes salvavidas son representados completamente blancos, pero en la realidad tenían la parte superior marrón, y los aros salvavidas no tenían ni el nombre del barco ni el puerto de registro, según la reglamentación de la época.
En la película se muestra la explosión que hundió al Britannic en la madrugada y el final del hundimiento en pleno amanecer, con un cielo anaranjado, pero en realidad el barco se hundió entre las 8 y las 9 de la mañana, con un cielo azul y despejado. Además el Britannic se hunde a una velocidad bastante exagerada, igual que el Titanic en el sueño de Vera, pero en realidad el barco se hundió en 57 minutos, mientras que en la película se hunde en 20 segundos. Aunque esto puede deberse a que la película trata de un relato de ficción sobre el naufragio
Aunque es una inexactitud que podría descartarse por la trama, en el filme se muestra que las 2 últimas personas que abandonan el barco son Vera y Reynolds, siendo que en realidad el propio capitán Bartlett fue la última persona en abandonar la nave. Aunque de nuevo, podría descartarse por ser un modo de complementar la trama.