El recalentado es una comida hispanoamericana que se prepara con sobras de comidas que no se consumieron el día anterior, se refrigeraron o conservaron y se volvieron a alistar para su consumo el día siguiente.[1] Generalmente se sirve al desayuno, acompañado de productos regionales como chocolate, agua de panela, arepa u hogao.
El calentao es popular en toda Colombia, especialmente en la Región Paisa, el Caribe Colombiano y Bogotá. Los arrieros de la región cafetera acostumbraban desayunar con calentao. Su nombre procede de la acción de calentar o recalentar los restos, entre ellos fríjoles de la noche anterior. En Antioquia es común también la expresión fríjoles trasnochaos.
El tacu-tacu es la versión peruana.[2]
El gallo pinto es la variante costarricense y nicaragüense.[3]
En el estado venezolano del Táchira, perteneciente a la región de los Andes, se acostumbra a mezclar y recalentar los sobrantes de comida (generalmente de los almuerzos), para luego ser consumidos en la cena, sirviendo como relleno o acompañante de las arepas.
Es posible que esta costumbre se haya arraigado en la población tachirense debido a su cercanía con la frontera colombiana, y por consiguiente, al constante intercambio cultural que ha existido.