Las cervezas mexicanas tienen larga historia como bebida fermentada tras la llegada de los conquistadores europeos a América. México es hoy uno de los principales exportadores de cerveza del mundo, pero su tradición cervecera viene de hace muchísimo tiempo. La Unesco posiciona al país como el sexto lugar a nivel mundial en consumo de cerveza, ingiriendo por persona anualmente 62 litros, quedando por debajo de España con 66 litros, Inglaterra con 103 litros, Alemania con 131 litros y República Checa con 169 litros.
Veinte años después de la caída de Tenochtitlán, se fundó en el Virreinato de Nueva España la primera fábrica de cerveza del continente americano.[1]
Hace tiempo, la mayoría de las cervezas antes mexicanas fueron producidas por dos gigantes de la cerveza, Cuauhtemoc Moctezuma y Grupo Modelo. Dichos grupos cerveceros forman parte de la holandesa Heineken[2] y la belga InBev,[3] respectivamente.
Alguna vez fueron:
Las marcas de cerveza destinada exclusivamente para el mercado interno son:
En épocas recientes, ha crecido este control mediante la reglamentación del proceso en cuanto a materiales peligrosos, como aditivos. Existe un continuo control en la presencia de ácido arsénico y plomo, además de nitrosaminas que en dosis elevadas resultan ser carcinogénicas en animales de laboratorio.
Sin embargo, diversos estudios científicos de ámbito internacional han demostrado que la cerveza es una bebida natural y saludable que no contiene grasas y aporta vitaminas, minerales y otras substancias con propiedades funcionales, por lo que su consumo puede incluirse en cualquier dieta equilibrada. Algunas de sus propiedades son:
Actualmente ha habido un auge de nuevas marcas de cerveza mexicana, gracias al surgimiento de cervecerías independientes. Averno, Fauna, Playa del Carmen Beer Co. Amante, Gato Gordo, Dos Pistones, Tres B, Puerco Salvaje, Minerva, Calavera, Ramuri, Jack, Kudos, Calafia, Cervecería La María, Cervecería de Colima, Cervecería Gauss, son sólo algunas del nuevo movimiento cervecero.
Lo que define a una cerveza como artesanal es prácticamente que no se usen aditivos químicos y aunque se elabora con algunas máquinas y filtros contiene este proceso diversas tareas manuales, este proceso hace que cada cervecero tenga su propio sabor y manera en particular de fabricarla. El proceso de producción de la cerveza artesanal es muy sencillo, y cualquier persona lo puede hacer en casa. Hay diversos sabores de cerveza y dependiendo de la compañía es como se realiza actualmente se dice que para poder consumir una cerveza que sea 100% mexicana tiene que ser artesanal.
El país ocupa el séptimo lugar en consumo de cerveza en el mundo esto al final lleva a que los consumidores quieran probar cosas nuevas, llevar su paladar a diferentes experiencias. A pesar de que muchas empresas mexicanas artesanales venden ya hasta 90 mil litros mensuales, su proceso sigue siendo estrictamente artesanal para mantener el prestigio y calidad que las caracterizan.
Una costumbre al beber cerveza es tomarla acompañada de rebanadas de limón con sal. Otra forma muy popular en todo el país es beberla como Michelada.
Estados Unidos es el mayor mercado para la cerveza mexicana fuera de México. Según la Asociación Nacional de la Cerveza de Estados Unidos el gusto estadounidense por la cerveza mexicana no sólo ha crecido, sino que ha rebasado a las cerveceras competidoras de otras naciones, varias de ellas siendo potencias mundiales de cerveza como Alemania, Bélgica, Holanda, República Checa y Austria.