Las cloraminas son derivados de amoníaco y aminas orgánicas en los que uno o más enlaces N-H han sido reemplazados por enlaces N-Cl. Se pueden diferenciar dos clases de compuestos: cloraminas inorgánicas y cloraminas orgánicas.
Existe una variedad de cloraminas orgánicas que son útiles en la síntesis orgánica. Entre ellas destacan la N-cloromorfolina (ClN(CH2CH2)2O), N-cloropiperidina y cloruro de N-cloroquinuclidinio.[4]
Las cloraminas se producen comúnmente por la acción de la lejía sobre aminas secundarias:
Las cloraminas también se forman por reacción del cloro con el amoníaco introducido en las piscinas por la transpiración humana, la saliva, el moco, la orina y otras sustancias biológicas, y por los insectos y otras plagas.[6] Las cloraminas son responsables del "olor a cloro" de las piscinas, así como de la irritación de la piel y los ojos. Estos problemas son el resultado de niveles insuficientes de cloro libre disponible, e indican una piscina que debe ser "sacudida" por la adición de 5 a 10 veces la cantidad normal de cloro.[7]
↑Campbell, Malcolm M.; Johnson, Graham. (1978). «Chloramine T and Related N-halogeno-N-metallo Reagents». Chemical Reviews78: 65-79. doi:10.1021/cr60311a005.
↑Herranz, Eugenio; Sharpless, K. Barry (1983). «Osmium-catalyzed Vicinal Oxyamination of Olefins by N-chloro-N-Argentocarbamates: Ethyl Threo-[1-(2-hydroxy-1,2-diphenylethyl)]carbamate». Org. Synth.61: 93. doi:10.15227/orgsyn.061.0093.