En la geología estructural se conoce como crenulación el plegamiento a pequeña escala en una roca.[1] El clivaje de crenulación es el clivaje que corta a través de una roca que tiene un clivaje continuo preexistente.[2] En algunas rocas metamórficas se identifica el clivaje de crenulación como aquel clivaje que es distinto a la foliación de los microlitones.[3] El clivaje de crenulación se da en los flancos de micropliegues principalmente en rocas metamórficas que han sido deformadas múltiples veces.[4][5] Sin embargo algunas rocas sin deformación previa también adquieren un clivaje de crenulación, por ejemplo el esquisto sedimentario (en inglés: shale).[6] En dichos casos la escala de los micropliegues y la foliación puede ser tan fina que a simple vista no es distinguible a simple vista de la foliación ordinaria de los esquistos.[6]
El clivaje de crenulación puede ser discreto o zonal.[2] Se le llama discreto cuando trunca abruptamente el clivaje continuo preexistente, y zonal cuando coincide con los flancos de micropliegues.[2] Si la orientación del clivaje de crenulación coincide plenamente con la de los flancos la foliación resultante es particularmente acentuada.[7] Mediante metamorfismo tiende a acentuarse aún más el clivaje de crenulación si aumenta la concentran algunos minerales en ciertos planos mediante recristalización (e.g. mica o calcita) o disolución por presión.[7][8] El clivaje de crenulación puede ser simétrico o asimétrico según lo sean los micropliegues de crenulación.[7]
Según algunos geólogos el clivaje de crenulación es particularmente común en rocas metamórficas pelíticas con un grado de metamorfismo medio o alto,[5] mientras que otros lo mencionan como un fenómeno común en rocas de con un bajo grado de metamorfismo.[9]
El clivaje de crenulación se suelen ver zonas ricas minerales filosilicatos alternadas con zonas ricas en cuarzo y feldespatos.[4][9] Las filitas y los esquistos son rocas que suelen presentar crenulación.[2] No todos los micropliegues están asociados a crenulación.[4]