Crescentia cujete | ||
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Taxonomía | ||
Reino: | Plantae | |
División: | Magnoliophyta | |
Clase: | Magnoliopsida | |
Orden: | Lamiales | |
Familia: | Bignoniaceae | |
Tribu: | Crescentieae | |
Género: | Crescentia | |
Especie: |
C. cujete L., 1753 | |
Crescentia cujete es un árbol de la familia de las bignoniáceas, originario de la zona intertropical de América.
Árbol pequeño o arbusto de unos 5 metros de altura, se extiende desde México hasta el Brasil, incluyendo a las Antillas.[1] Ramas escasas, gruesas, tortuosas, formando una copa amplia y abierta. Tronco de corteza gris, lisa a ligeramente escamosa en ejemplares pequeños y algo fisurada en los grandes. Las hojas son simples y pequeñas, 4-15 x 1-4 cm, oblanceoladas, ápice retuso a acuminado, en fascículos situados en ramas cortas. Flores blanco-verdosas o café-verdosas surgen de los troncos o ramas grandes. El fruto de cáscara leñosa tiene aspecto esférico y se suspende del tronco o de las ramas más gruesas; desde tiempos precolombinos se ha utilizado para confeccionar artesanías y recipientes.
Puede encontrarse en zonas húmedas como el sur de México, sin embargo soporta bien períodos prolongados de falta de agua, como por ejemplo en el sur de Honduras o en las zonas costeras del norte de Venezuela y Colombia.[2] Se encuentra también en las zonas tropicales de Bolivia, en Perú, Brasil, así como en las costas y Amazonía de Ecuador y Colombia. Es un árbol muy longevo y puede crecer en terrenos pedregosos.
Es un árbol de follaje y porte ornamental empleado en proyectos paisajísticos. Las partes más aprovechadas son las frutas y semillas. Se elaboran diversos objetos con la cáscara de los frutos, que es bastante liviana y resistente. El aprovechamiento del fruto ha sido estudiado a partir de 1498 en Centroamérica. Es considerado un complemento proteico para el ganado; de su semilla se extrae aceite y de la pulpa, azúcar y etanol.
La variedad conocida como morro en El Salvador, produce frutos pequeños de unos 10 centímetros de diámetro, posee un aroma agradable y sus semillas sirven de base para elaborar la bebida típica conocida como horchata de morro. En Colombia es usada particularmente como recipiente endurecido para el dulce de leche o manjar blanco, típicamente del Cauca y Valle del Cauca. En México, en el estado de Tabasco, tradicionalmente se ha usado el fruto como recipiente para tomar el pozol, que es la bebida típica de esa región, también se usa como artesanía para labrar las jícaras.[2] Los habitantes de la ciudad de Tapachula, Chiapas fabricaban las jícaras usadas para tomar el agua para bañarse (a jicarazos) en los baños de las antiguas casonas que contaban con enormes tanques. En Ecuador se lo conoce como mate y es empleado tradicionalmente para servir agua o té de guayusa, chicha de chonta o de yuca; también es un utensilio muy típico en la provincia de Napo. En Honduras se elaboran recipientes semejantes a vasos y cuencos, cuyo nombre es guacal; a la semilla se le llama morro.
Tradicionalmente la fruta en decocción se toma por vía oral para tratar la diarrea, dolor de estómago, resfriados, bronquitis, tos, asma, y uretritis. La medicina tradicional le atribuye a las hojas propiedades para tratar la hipertensión.[2] La pulpa del fruto es apreciada para uso medicinal. Algunas investigaciones han mostrado que tiene propiedades anti-hemorrágicas. Así mismo tiene compuestos que ayudan en la curación de enfermedades respiratorias leves.[3]
El género fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 2: 626. 1753.[4]