El cubeto de retención es un recipiente completamente estanco. Se utiliza para recoger posibles derrames o vertidos durante el almacenamiento o el trasvase de productos químicos peligrosos evitando así la contaminación del medio ambiente. La capacidad de retención de un cubeto debe ser el 10 % del volumen de los recipientes depositados sobre el mismo y, en cualquier caso, el volumen del recipiente mayor.
El cubeto de retención debe ser resistente al tipo de derrame que va a contener: cubeto de plástico para derrames de líquidos corrosivos; cubetos de acero para productos inflamables y acero inoxidable para productos químicos corrosivos e inflamables al mismo tiempo.
A los cubetos se les puede equipar con rejillas, patas, soporte elevador para trasvase, rampas y bandejas porta jarras.
En octubre del 2017 entró en vigor el Real Decreto 656/2017, de 23 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos (APQ) y sus Instrucciones Técnicas Complementarias MIE APQ 0 a 10.[1] Para garantizar el cumplimiento de la normativa en vigor, los cubetos cubetos deben estar homologados y certificados.[2]