Una cuna es un tipo de cama para niños pequeños.[1] En su origen fueron cestos cóncavos o pequeños recipientes de madera. Las cunas tradicionales tenían pies semicirculares que servían para balancearlas y así inducir el sueño del bebé, ingenio mecánico que ha sido sustituido por patas con ruedas que permiten su movilidad. Antiguamente fabricadas en mimbre o madera, han dejado sitio al plástico, el metal y demás materiales lavables. Las cunas tradicionales podían disponer de un dosel para cubrirlas con tela de gasa y proteger al niño de los insectos; en las modernas se disponen apliques o brazos para colgantes o móviles (piezas articuladas movibles) para distraer la atención del bebé. También existía la tradición de vestir las cunas con faldas que se adornan con cintas, lazos u otros objetos estéticos. Los modelos de cuna para niños de hasta tres o cuatro años son más grandes y tienen los laterales altos para prevenir saltos o caídas. En algunos casos, una de las paredes es abatible para meter o sacar al niño con menor esfuerzo.