La disregulación emocional es un término utilizado en el colectivo de profesionales de la salud mental para referirse a una respuesta emocional pobremente modulada y que no entra dentro de los rangos convencionalmente aceptados para las respuestas emocionales. El conjunto de respuestas no son necesariamente negativas y a veces incluso pueden incluirse dentro del rango de las emociones positivas. Ejemplos comunes de disregulación emocional son la ira o la histeria inapropiada. La disregulación emocional es un fenómeno de amplias proporciones que entra como componente de muchos trastornos mentales. Está típicamente asociado con la experimentación de traumas psicológicos tempranos o malos tratos como abusos o negligencia en los cuidados a los niños, por parte de la familia o las instituciones. Está más frecuentemente asociado con el trastorno límite de la personalidad, trastorno Histrionico de la personalidad y el trastorno por estrés postraumático.[1][2]