Edmund Kemper | ||
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Kemper en una foto de archivo policial de 1973. | ||
Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Edmund Emil Kemper | |
Apodo |
El asesino de las Colegialas El Cazador de Cabezas El asesino mixto | |
Nacimiento |
18 de diciembre de 1948 (75 años) Burbank, California, Estados Unidos | |
Nacionalidad | Estadounidense | |
Características físicas | ||
Altura | 2,06 m | |
Peso | 137 kg | |
Familia | ||
Padres |
Edmund Emil Kemper Jr. Clarnell Elizabeth Stage | |
Educación | ||
Educado en | Cabrillo College | |
Información profesional | ||
Ocupación | Asesino en serie, prisionero y violador | |
Años activo | 1972-1973 | |
Empleador | Departamento de Transporte de California | |
Información criminal | ||
Cargos criminales |
Homicidio Canibalismo Incesto | |
Condena | 8 cadenas perpetuas con derecho a libertad condicional | |
Situación penal | Encarcelado, abogados afirman que Kemper es feliz en su vida en la prisión y ha rechazado varias solicitudes de libertad condicional | |
Edmund Emil Kemper III (Burbank, California; 18 de diciembre de 1948), más conocido como Ed Kemper, es un asesino en serie estadounidense al que se conoce también como El asesino de las colegialas (Co-ed killer[1][2] en inglés), que estuvo activo en la década de 1970.
Hijo de Edmund Emil Kemper Jr.[3] y de Clarnell Stage, Edmund Kemper desarrolló un comportamiento psicopático desde muy joven: torturaba y asesinaba a animales, representaba rituales sexuales con las muñecas de sus hermanas cuando se enfadaba con ellas y les rompía sus juguetes a modo de venganza hacia ellas, desmembraba y decapitaba muñecas. Llegó a decir que, para besar a una maestra por la que se sentía atraído, tendría que matarla previamente.
Si ya de por sí Kemper era extraño, su madre -de la que se sospecha tenía trastorno límite de la personalidad- le obligaba a dormir en el sótano por temor a que su hijo abusara de sus hermanas, algo que molestó a Edmund. Lo alimentaba con cabezas de pescado.[4]
El 27 de agosto de 1964, a los 15 años, Edmund tiroteó a su abuela - con la que vivía en un rancho de unas 7 hectáreas[5] - mientras ésta estaba terminando su último libro para niños. Pero la cosa no acabó ahí, porque cuando llegó su abuelo también lo mató. Acto seguido, llamó a su madre y la instó a que avisara a la policía, pues había matado a sus abuelos. Las declaraciones que dio a los agentes fueron las siguientes: él "sólo quería ver qué se sentía al asesinar a su abuela", y mató a su abuelo porque sabía que se enfadaría por haber matado previamente a la abuela.
El quinceañero fue internado en el Hospital Estatal de Atascadero y, además de hacerse amigo de su psicólogo, se convirtió en su asistente. Gracias a su inteligencia, ganó hasta tal punto la confianza del doctor que se le permitió el acceso a las pruebas aplicadas a otros internos. Gracias al aprendizaje que obtuvo de estas pruebas, impresionó a su médico y consiguió el alta -algo muy cuestionado por otros médicos-, y demostró después que había sellado para siempre su historial juvenil. Una vez libre, se fue a vivir con su madre a Santa Cruz (California).[cita requerida]
Kemper -de 2,07 m y más de 120 kg- trabajó en diversos sitios hasta llegar al Departamento Californiano de Transporte, en aquella época conocido como el Departamento de Obras Públicas en la División de Carreteras en el Distrito 4.
Entre mayo de 1972 y febrero de 1973, Kemper mató a diversas estudiantes que encontraba en la autopista, a las cuales llevaba a zonas rurales aisladas para matarlas -acuchillándolas, con arma de fuego o asfixia- y después trasladarlas a su apartamento donde practicaba necrofilia para posteriormente desmembrar los cuerpos. Usualmente, arrojaba los cuerpos desmembrados a barrancos o los sepultaba en campos, pero en cierta ocasión enterró la cabeza de una víctima -de 15 años- en el jardín de su madre en una especie de broma divertida: él señaló que ella "siempre quiso que las personas la admiraran". Asesinó a 6 colegialas, incluyendo dos estudiantes de la Universidad de California -donde trabajaba su madre- y una del Cabrillo College. Reveladoramente, cometía los asesinatos después de discutir con su madre.
En abril de 1973, Kemper golpeó repetida y violentamente a su madre hasta matarla con un martillo de zapatero mientras ésta dormía. La decapitó, violó su cabeza - la cual usó como diana - y arrojó sus cuerdas vocales al triturador de la cocina. En su declaración, Kemper dijo que "eso parecía apropiado, tanto como ella me maldijo, gritó y chilló por muchos años". Finalmente comió parte de sus órganos y durmió cuatro noches con el cuerpo en estado de putrefacción. También invitó a casa a una de las mejores amigas de su madre -ajena a lo que había ocurrido- y la estranguló.
Se dirigió con el coche hacia el este, sin escuchar en la radio ninguna noticia sobre sus asesinatos. Desilusionado, frenó y llamó a la policía para confesar que él era El asesino de las colegialas. Les confesó qué había hecho y donde podían encontrarle, además de reconocer su necrofilia y canibalismo.
Durante su juicio alegó locura, aunque fue hallado culpable de ocho cargos por asesinato. Pidió la pena capital, pero al estar suspendida en Estados Unidos en aquel momento, recibió la cadena perpetua. Actualmente es uno de los presos de la Prisión Estatal de Vacaville.[cita requerida]