Su término municipal está formado por las localidades de El Payo y Villar de Flores, ocupa una superficie total de 61,87 km² y según los datos demográficos recogidos en el padrón municipal elaborado por el INE en el año 2017, cuenta con una población de 354 habitantes.
«Partido. Primero, de azur con un castillo de oro, sumado de tres lises de lo mismo. Segundo, de plata con un pozo hexagonal de sinople, sumado de una venera de gules. Al timbre, la Corona Real Española»[3]
La fundación de El Payo se remonta a la repoblación efectuada por los reyes de León en la Edad Media, quedando encuadrada en la Diócesis de Ciudad Rodrigo tras la creación de la misma por parte del rey Fernando II de León en el siglo XII, denominado entonces Payo de Valençia,[4] pasando durante la Baja Edad Media a ser un señorío perteneciente a la familia de los Águila.[5] Con la creación de las actuales provincias en 1833, El Payo quedó encuadrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.[6]
El municipio se divide en dos núcleos de población: El Payo y Villar de Flores, encontrándose este último despoblado desde 2010 según el INE. De esta manera, la población por núcleos en 2015 era la siguiente:[8]
↑«Documentación y estudio de El Rebollar». Archivado desde el original el 3 de abril de 2007. Consultado el 22 de marzo de 2011. «El alcance referencial de El Rebollar ceñido esencialmente a los pueblos comprendidos entre Vadocarros y el puerto de Perales está, pues, bastante bien fijado en el ámbito salmantino antes de la llamada Guerra Civil, aunque Navasfrías o algún otro pueblo se unan ocasionalmente a la lista, como sucede en el tratado sobre El traje regional salmantino de García Boiza (1940), donde el capítulo dedicado al traje del Rebollar incluye a Robleda, Peñaparda, Navasfrías, El Payo y Sahugo (y no se menciona a Villasrubias). En la divulgación de esta designación, de puertas a fuera, han contribuido posteriormente los estudios del habla rebollana. Zamora (1967: 114) se refiere a “El Rebollar, comarca del suroeste de Salamanca”, en la que incluye El Payo, Peñaparda, Navasfrías, de cuya modalidad dialectal se había ocupado Oskar Fink en su Studien über die Mundarten der Sierra de Gata (1929). Esta designación Sierra de Gata, no sin cierta vaguedad, la había utilizado anteriormente Menéndez Pidal, en sus estudios sobre el dialecto leonés (1906), cuando la designación actual estaría poco divulgada fuera de la zona salmantina. Posteriormente, ha aparecido El habla de El Rebollar de Iglesias (tesis de 1976, publicada en 1982 y 1990), estudio monográfico basado en los testimonios orales recogidos en El Payo, Navasfrías, Peñaparda, Robleda y Villasrubias. Y finalmente, el estudio de Llorente sobre Las comarcas históricas de Salamanca (1976) ha oficializado una designación, hoy uniformemente aceptada por los interesados de la zona, aunque otros hayan introducido algunos malentendidos. Llorente incluía en esta comarca a Casillas de Flores, según confesión oral, “porque en algún sitio había que poner este pueblo”. También, quizá inconscientemente este autor haya practicado la derivación sinonímica, al asegurar que el territorio se ha llamado Campo del Rebollar y Campo del Robledal, afirmación sin mayor fundamento que le corrige J. Alonso (2002: 3, nota 8). El mismo Casiano Sánchez, aun conociendo bien el estricto alcance de El Rebollar, describe lo que llama Campo de Robleda, donde, sin criterio definido pero seguramente obedeciendo a la antigua división del Campo de Robledo y Malvarín, incluye a Casillas de Flores, La Encina, Navasfrías, Pastores, Peñaparda, El Payo de Valencia, Robleda y Villasrubias (Sánchez 1904: 150-174). La denominación del territorio registrada en los documentos, cuando formaba parte del alfoz de Ciudad Rodrigo, dividido en sexmos en el antiguo régimen hasta que se estableció la división por provincias en 1833, fue Campo de Robledo, de lo cual se deduce que la forma escueta sería El Robledo, desde la Edad Media, como efectivamente se comprueba en el acta municipal del 9 de febrero 1448 citada por Hernández Vegas (1982: I 234, nota 2): “Andrés Domingo, vecino de Robleda, sexmero del Robledo y Campo de Malvarín”. La cabecera de este sexmo estaba en Robleda, pues, y además incluía: El Payo, Peñaparda, Villasrubias, Casillas, La Encina, Pastores y El Collado de Malvarín. La Administración dividía sin duda las tierras del alfoz con criterios de proximidad geográfica y de régimen jurídico, aunque debía de existir conciencia de una diversidad, como lo prueba la doble designación de El Robledo y de Malvarín. Pero dicha administración no entraría en demasiados matices y averiguaciones, y de ello se sigue que bajo la misma denominación colectiva entran diversas localidades al correr de los tiempos, aunque siempre se incluyen a los cuatro pueblos citados al principio. Por ejemplo, según Sierro (1990: 73), en 1619 la Inquisición incluía en el distrito de Llerena el Campo de Robledo, el cual agrupaba 19 localidades, unas situadas al sur de la Sierra, desde Las Eljas a Robledillo, y otras al norte de la misma Sierra, desde Navasfrías (que entonces todavía estaría bajo el señorío eclesiástico de la encomienda de Las Eljas, Orden de Alcántara) hasta Agallas. Y en esta división inquisitorial se separaba el Campo de Malvarín, integrado por El Bodón, La Encina, Pastrores, El Olmo (despoblado hoy) y Fuenteguinaldo».