El Viejo del Mar (Griego antiguo: ἅλιος γέρων, translit. hálios gérōn) en la mitología griega era una figura primordial que podía identificarse con diversos dioses marinos, generalmente con Nereo o Proteo, pero también con otros como Forcis.
En la Ilíada no se menciona su nombre propio y se le presenta como el padre de Tetis (la madre de Aquiles) y del resto de las Nereidas.[1] Como padre de las Nereidas se le cita también en el libro XXIV de la Odisea.[2] Sin embargo, en el libro IV de esta última obra de Homero, hay un amplio pasaje donde se le identifica como el dios Proteo. Menelao le cuenta a Telémaco su viaje a casa, y cómo tuvo que buscar el consejo del Viejo del Mar. El Viejo puede responder cualquier pregunta si es capturado, pero capturarle significa retenerle mientras cambia de una forma a otra. Menelao lo capturó y, durante el curso del interrogatorio, preguntó si el padre de Telémaco, Odiseo, todavía estaba vivo.[3] En otra parte de la Odisea «Viejo del Mar» es el epíteto que recibe otra divinidad, Forcis.[4] Por otra parte, Hesíodo identifica a este personaje con Nereo y señala que es hijo de Ponto y que unido a Doris fue el padre de las Nereidas.[5] Pausanias también identifica al Viejo del Mar con Nereo al mencionarle entre las divinidades donde se rendía culto en la ciudad de Gitio.[6]