Erwinia amylovora | ||
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Fuego bacteriano del peral. | ||
Taxonomía | ||
Dominio: | Bacteria | |
Filo: | Pseudomonadota | |
Clase: | Gammaproteobacteria | |
Orden: | Enterobacterales | |
Familia: | Erwiniaceae | |
Género: | Erwinia | |
Especie: |
E. amylovora (Burrill 1882) Winslow et al. 1920 | |
Erwinia amylovora es una bacteria de la familia Erwiniaceae, patógeno causante del «fuego bacteriano», enfermedad que afecta a diversas especies de plantas de la familia de las rosáceas, entre las cuales se encuentran frutales, tales como los perales (Pyrus), manzanos (Malus), membrillos (Cydonia) y nísperos (Eryobotrya y Mespillus), además de otras plantas ornamentales y silvestres: Amelanchier, Chaenomeles, Crataegus, Cotoneaster, Photinia davidiana, Pyracantha, Sorbus y las variedades ornamentales de Pyrus y Malus.[1]
La sensibilidad a la enfermedad es diversa según especies y variedades. Los daños causados son graves, especialmente en el peral, llegando incluso a producir la muerte de la planta afectada en un breve lapso. La gravedad se incrementa por la gran facilidad de propagación de la enfermedad y porque no hay tratamientos químicos.
Con frecuencia, los primeros síntomas se manifiestan en las flores. Estas se vuelven aguanosas, se marchitan con rapidez, se empardecen hasta ennegrecerse e incluso pueden desprenderse del árbol. En poco tiempo los síntomas se extienden hasta las hojas de un mismo espolón o de las pequeñas ramas cercanas.
Los síntomas inician a manera de manchas pardooscuras a lo largo de la nervadura central y nervaduras principales, por los bordes y entre las nervaduras. Conforme avanza el ennegrecimiento, las hojas se enrollan y marchitan, cuelgan de la planta y a menudo penden de ramitas atizonadas y curvadas.
La bacteria infecta las ramas terminales y los retoños y se marchitan en sentido descendente (desde la punta hacia abajo). La corteza adquiere un color negroparduzco y se ablanda al principio; más tarde se contrae y endurece. La punta de las ramitas se dobla y las hojas se ennegrecen sin desprenderse. Desde los espolones del fruto y las pequeñas ramas terminales, los síntomas avanzan hacia las ramas que brindan soporte, sobre las cuales se forman cancros.
En condiciones de humedad, sobre la superficie de cualquier tejido recientemente infectado (flor, fruto, hoja o tallo) pueden aparecer pequeñas gotas de un exudado pegajoso de aspecto lechoso en el cual está embebido el fitopatógeno. Por lo común, dicho exudado toma un color café poco exponerse al aire. Estas gotas coalescen y forman una capa sobre la zona en la que se encuentren.
En plantaciones: arrancar y destruir todas las plantas infectadas dentro de un radio mínimo 10 m de la planta afectada.
Establecer una zona de seguridad en un radio de 1 km, eliminar las plantas afectadas y prohibir el transporte de especies vegetales.
Agrios, G. N. (2011). Capítulo 12, Enfermedades de las plantas causadas por procariontes. En Fitopatología (561-567). Ciudad de México, México: Editorial LIMUSA S. A. DE C. V.