Un fisurero o empotrador es una pieza de metal usada para escalar por fisuras, agujeros o zanjas de la roca a modo de anclaje, lo que permite establecer un punto de aseguramiento, el ascenso o la instalación de reuniones en plena muralla.[1] La característica principal de los fisureros es que se encajan en la roca sin necesidad de ser martillados debido a sus distintos mecanismos dependiendo del tipo, estos se dividen en 2 grupos principalmente: los «mecánicos», que se distinguen, y «pasivos».
Hoy en día este tipo de empotrador es fundamental en la escalada. Se trata de un sistema de expansión por levas, usados generalmente en grietas de distintos tamaños. Los hay de dos tipos:
Existen muchos tipos de estos empotradores, los más comunes son:
Este tipo se caracteriza especialmente por no poseer ningún mecanismo, dado que son piezas de metal con formas capaces de ser empotradas en fisuras o agujeros, las cuales están unidas a un cordín o sirga donde es posible colocar un mosquetón para afirmar la cuerda.
Son herramientas usadas para extraer los fisureros con mayor facilidad cuando están muy encajados. Existen de varios tipos, pero generalmente son largos y tienen un pequeño gancho para usarse para tirar, empujar o mover las piezas.