Francesco Bussone, más conocido como el Carmagnola o el Conde de Carmagnola[1] (Carmañola, c.1382/1385-Venecia, 5 de mayo de 1432) fue un condotiero italiano.
Nació en una humilde familia de campesinos cerca de Turín. Comenzó su carrera a los doce años a las órdenes de Facino Cane, un condotiero que servía a Gian Galeazzo Visconti, duque de Milán.[2] Al morir Gian en 1402 el ducado se dividió entre sus capitanes, pero su hijo Filippo Maria Visconti estaba decidido a reclamarlo completamente. En el proceso Cane resultó muerto (1412) y le sucedió al mando Carmagnola, de unos treinta años. Rápidamente sometió Bérgamo, Brescia, Parma, Génova y otras ciudades.[3] Pronto todo el ducado quedó sometido a Filippo, que temía a Carmagnola al considerarlo un posible rival, así que en lugar de darle mandos militares lo hizo gobernador de Génova.[2]
Carmagnola pidió una audiencia personal con el duque para criticar el nombramiento, al no obtenerla decidió pasar a servir a la República de Venecia (1425). Bien recibido en esa ciudad por el miedo que se tenía al expansionismo de Filippo, el dogo Francesco Foscari ya preparaba una guerra junto a Florencia contra Milán. Carmagnola dijo que las fuerzas del duque eran más débiles de lo que parecían y la ocasión era perfecta para atacarlo, esto animó al dogo y sus aliados. El condotiero fue nombrado capitán general de San Marcos en 1426 y declaró la guerra.[2]
Mientras la república deseaba una campaña breve, el condotiero y sus mercenarios deseaban prolongar la guerra para obtener mayores ganancias. Evitó los enfrentamientos decisivos y liberaba a los prisioneros rápidamente. En consecuencia, se siguieron victorias y derrotas, treguas y reinicios de hostilidades sin fin aparente. Tras su victoria en la batalla de Maclodio el 11 de octubre de 1427 decidió no perseguir a sus enemigos, lo que llevó a los venecianos a subir sus emonumentos y prometerle un feudo propio si ganaba la guerra, pero no funcionó. Mientras tanto, Filippo le enviaba mensajeros para prometerle grandes recompensas si volvía a su servicio. El condotiero empezó a considerar su siguiente jugada cuando los venecianos se adelantaron, el Consejo de los Diez decidió llevarlo a la justicia.[2]
Convocado en Venecia para discutir las futuras operaciones, llegó sin sospecha el 29 de marzo de 1432. Al llegar al palacio del dogo fue arrestado y enjuiciado por traición. Aunque el dogo era su amigo fue condenado y decapitado el 5 de abril. Su única hija, Luchina, estaba casada con el condotiero Luigi dal Verme.[2]