Francesco Maria Richini | ||
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Retrato de Richini pintado al fresco en villa Frisiani Mereghetti, en Corbetta, por Giovanni Stefano Danedi, conocido como il Montalto | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
13 de febrero de 1584 Milán (Ducado de Milán) | |
Fallecimiento |
24 de abril de 1658 Milán (Ducado de Milán) | |
Información profesional | ||
Ocupación | Arquitecto y escultor | |
Francesco Maria Richini (o Ricchino, Ricchini o Righini) (Milán 9 de febrero de 1584 - Milán, 24 de abril de 1658), también conocido como Francesco Maria Ricchino, fue un arquitecto italiano. Maestro de obras del Duomo de Milán desde el año 1605 y autor de numerosas iglesias y edificios en toda la provincia de Milán, fue el exponente más notable de una dinastía de ingenieros y arquitectos milaneses, iniciada por su padre Bernardo (ca, 1549-1639) y concluida a finales del Settecento con un tardío bisnieto.[1]
La obra de Richino nunca fue estudiada adecuadamente, pero parece que cuando un día se pueda hacer un balance, el premio por ser el arquitecto italiano más imaginativo y talentoso de principios del Seicento recaerá en Richino y no en Maderno.L'opera del Ricchino non fu mai studiata adeguatamente, ma sembra che quando un giorno si potrà redigere un bilancio, il premio per essere stato il più fantasioso e il più dotato architetto italiano dell'inizio del Seicento andrà al Ricchino piuttosto che al Maderno
Richini completó su formación artística en Roma, llevando de vuelta a Milán el gusto y la cultura barrocos romanos, fastuosos, exuberantes y escenográficos, atemperados por la influencia palladiana y por el clasicismo milanés de finales del Cinquecento.[2] Con la iglesia de San Giuseppe, la primera obra que se le encomendó, determinó la superación del manierismo académico en boga en ese momento en Lombardía y combinó dos módulos de planta central griega para formar una planta longitudinal, creando uno de los modelos más populares en los siglos siguientes.[2]
Autor de una vasta producción arquitectónica, en su mayor parte perdida, entre sus obras en el ámbito civil se encuentran el patio y la fachada de Ca' Granda, el palacio de Brera y su patio con arcos sobre dobles columnas, y el Colegio Helvético, entre los primeros edificios barrocos que presentaron una fachada cóncava. Estuvo entre los principales arquitectos del primer barroco italiano y fue sin duda el más influyente y famoso del Seicento lombardo y para encontrar otra figura de tanta importancia en la escena lombarda habrá que esperar a la llegada de Piermarini.[2]