Francisca de Brasil | ||
---|---|---|
Princesa de Joinville | ||
Información personal | ||
Nombre completo | Francisca Carolina Juana Leopoldina Romana Javier de Paula Micaela Rafaela Gabriela Gonzaga | |
Otros títulos | ||
Nacimiento |
2 de agosto de 1824 Palacio Imperial de San Cristóbal, Río de Janeiro, Imperio del Brasil | |
Fallecimiento |
27 de marzo de 1898 (73 años) París, Francia | |
Sepultura | Capilla real de Dreux | |
Familia | ||
Casa real | Braganza | |
Padre | Pedro I de Brasil y IV de Portugal | |
Madre | María Leopoldina de Austria | |
Consorte | Francisco de Orleans, príncipe de Joinville | |
Hijos |
Francisca, duquesa de Chartres Pedro, duque de Penthiévre | |
| ||
Firma | ||
Francisca de Braganza (en portugués, Francisca de Bragança; Río de Janeiro, 2 de agosto de 1824-París, 27 de marzo de 1898) fue la cuarta hija del emperador Pedro I de Brasil y de su primera esposa, María Leopoldina, archiduquesa de Austria. Por su matrimonio con el príncipe Francisco de Orleans, príncipe de Joinville, hijo del rey Luis Felipe I, era miembro de la Casa de Orleans y, por tanto, de la familia real francesa.[1]
Nacida en el Palacio de San Cristóbal (Río de Janeiro),
Francisca nació el 2 de agosto de 1824 en el Palacio de São Cristóvão de Río de Janeiro, capital del Imperio de Brasil. Su nombre completo era «Francisca Carolina Joana Carlota Leopoldina Romana Xavier de Paula Micaela Gabriela Rafaela Gonzaga». Su nombre fue elegido por su padre como un homenaje al río San Francisco en Minas Gerais. Por su padre, el emperador Dom Pedro I, pertenecía a la rama brasileña de la serenísima Casa de Braganza y fue llamada «Doña» desde su nacimiento. Su madre era la archiduquesa María Leopoldina de Austria, hija de Francisco I de Austria, último emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Francisco II. A través de ella, Francisca fue sobrina de Napoleón Bonaparte y prima de los emperadores Napoleón II de Francia, Francisco José I de Austria-Hungría y Maximiliano I de México.[2]
Francisca perdió a su madre con menos de tres años de edad, creció junto a sus hermanos Pedro de Alcántara (más tarde emperador Pedro II de Brasil), Paula Mariana y Genara María, bajo la tutela de José Bonifácio de Andrada e Silva, diplomático, erudito, filósofo y poeta brasileño que fue nombrado tutor de los niños imperiales por su padre.[3]A los siete años, vio a su padre, su madrastra, Amelia de Beauharnais, y su hermana mayor, la futura María II de Portugal, partir hacia Lisboa luego de que su padre abdicara al trono brasileño. Tanto Francisca como sus hermanos no volverían a ver a su padre.[4]
En 1837, Francisco de Orleans,[5] príncipe de Joinville, llegó a Brasil de camino a la isla de Santa Elena para buscar los restos de Napoleón Bonaparte y llevarlos de vuelta a Francia.[6] Durante su escala, fue recibido por el emperador Pedro II y se reunió con su hermana, la joven princesa Francisca.
Francisco, un almirante, fue el tercer hijo del rey Luis Felipe I de Francia y de María Amelia de Borbón-Dos Sicilias. Regresó a Brasil el 1843, casándose con la princesa el 1 de mayo de ese mismo año. La pareja viajó a Francia a bordo de la fragata La Belle Poule.[6]
La dote de Francisca fue de un millón de francos e incluyó 25 millas cuadradas de tierra en la provincia brasileña de Santa Catarina, en la margen izquierda del río Cachoeira, donde actualmente está la ciudad de Joinville.
Sin embargo, las tierras deseadas por la corona de Francia estaban muy lejos, cerca de la Guayana francesa.
La pareja se instaló en París, donde la princesa era considerada una de las aristócratas más bellas, y todo el mundo metropolitano admiraba su alegre espontaneidad. Por las noches, a diferencia de otros miembros de la familia real, a los novios les gustaba visitar cafés, restaurantes y teatros, y por las mañanas preferían pasear a caballo por el Bois de Boulogne. El príncipe de Joinville, al igual que su esposa, era un buen acuarelista, y llegó a realizar un lienzo de su mujer montando a caballo.[7] Durante su estancia en la corte francesa, Francisca entabló amistad con una noble brasileña casada con un noble francés, Luísa Margarida de Barros Portugal, condesa de Barral.[8]
En 1848 se abolió la monarquía en Francia, y los Orleans se vieron obligados al exilio. Dotada de un gran espíritu de lucha, Francisca negoció con los republicanos la salida de su familia del país. Se exilió en Claremont, Inglaterra, y mantuvo una intensa correspondencia con su hermano en Brasil. Con dificultades financieras, los príncipes de Joinville negociaron las tierras de Santa Catarina con la Compañía Alemana de Colonización, propiedad del senador Christian Mathias Schroeder, rico comerciante y armador. Así nació la Colonia Doña Francisca, más tarde Joinville, actualmente la mayor ciudad del estado de Santa Catarina.
Cariñosamente apodada como "Mana Chica" por Pedro II, Francisca le advertía y propugnaba fuertes medidas contra el crecimiento del republicanismo en Brasil. En 1864, envió a los príncipes Gastón de Orleans, conde de Eu, y Luís Augusto de Sajonia-Coburgo-Gota a Brasil, donde se casarían con sus sobrinas, Leopoldina e Isabel, respectivamente. Sin embargo, las parejas prefirieron invertir su orientación familiar, casándose el conde de Eu con la princesa Isabel, y el príncipe Luís Augusto con la princesa Leopoldina;[9] el propio hijo de Francisca, Pedro, duque de Penthièvre, ya había sido considerado como potencial novio para una de las primas brasileñas.[10] Siempre cercana a su hermano el emperador, Francisca incluso había influido en él una década antes para que contratase a la condesa de Barral, a quien había conocido en Francia, como preceptora de las infantas Isabel y Leopoldina.[11]
Sin embargo, tras la caída de Napoleón III y del Segundo Imperio Francés en 1870 como consecuencia de la Guerra Franco-Prusiana, la familia Orleans regresó a Francia; Francisca murió en París a los 73 años. Su marido sobrevivió dos años más, falleciendo en París en 1900. Ambos están enterrados en la Capilla Real de Dreux.[5] En sus últimos años, Francisca fue testigo de la caída del Imperio brasileño en 1889 y del exilio de su hermano Pedro II.
Su diario de viaje durante su traslado de Brasil a Francia fue publicado más tarde por Victorine Emilie, la baronesa de Langsdorff, encargada de preparar el matrimonio del hijo del rey de los franceses con la princesa brasileña.[12]
En Joinville, ciudad bautizada en honor de Francisca y de su marido, se encuentra una réplica del busto de la princesa en la Rua das Palmeiras,[13] realizado originalmente en bronce por el artista alemán Fritz Alt.[14] También en Joinville, también conocida como «la Ciudad de los Príncipes», una de las calles más transitadas de la ciudad lleva el nombre de la princesa de Joinville, uniendo el centro de la ciudad con la zona norte.[15]
Acuarelista, tres de sus obras forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Brasil, con sede en Río de Janeiro, y representan aves dibujadas en acuarela.[16][17]
Además, a través de su hija, la duquesa de Chartres, Francisca fue abuela materna de la princesa María de Dinamarca, madre de Ana de Borbón-Parma, esposa del rey Miguel I de Rumanía.[18] Francisca es también antepasada común del actual pretendiente al trono francés.[19]
● 2 de agosto de 1824-1 de mayo de 1843: | Su alteza la princesa Francisca de Brasil |
● 1 de mayo de 1843-27 de marzo de 1898: | Su alteza real la princesa de Joinville |
Brasileñas