Giovanni Domenico Ferretti, a veces llamado L'Imolese o L'Imola por sus orígenes familiares (Florencia, 15 de junio de 1692 - Florencia, 18 de junio de 1768), fue un pintor italiano que trabajó durante el Barroco tardío y el primer neoclasicismo.
Nació en el seno de una familia relacionada con el mundo artístico, pues su padre fue el orfebre Antonio di Giovanni da Imola y su madre Margherita di Domenico Gori, perteneciente a una familia de influyentes anticuarios florentinos, como su hermano Antonio Francesco Gori, que fue extremadamente importante en la formación del joven artista.
Gian Domenico vivió sus primeros años en la ciudad de Imola, donde ingresó (1708) en el taller del pintor Francesco Chiusuri. Poco después se trasladaría a Florencia, donde estudiió con Tommaso Redi y Sebastiano Galeotti.
Su primer protector fue el cardenal Gozzadini, arzobispo de Imola, a quien acompañó a esta ciudad, donde pudo estudiar a los grandes maestros emilianos de generaciones precedentes, como los hermanos Agostino y Annibale Carracci, Guido Reni, Domenichino, Guercino o Francesco Albani. Aquí fue alumno de Giuseppe Maria Crespi, que fue vital en la formación como artista. Importante también sería su estancia en el taller boloñés de Felice Torelli, donde adquirió su característico estilo academicista.
De nuevo en Florencia en 1719, consiguió la protección del Gran Duque Cosme III de Médici. No tardó en ingresar en la Accademia del Dissegno, institución de que llegó a ser console, cargo que ocupó hasta su muerte.
A partir de ahora la mayor parte de su trabajo consistirá en grandes decoraciones al fresco en diversas iglesias y palacios florentinos (Palazzo Taddei, Palazzo Roffia, Palazzo Ginori, Palazzo Rucellai y Palazzo Panciatichi, entre otros). Será uno de los últimos grandes especialistas junto a Vincenzo Meucci, su amigo y rival artístico. A partir de la década de 1730 estará a la cabeza de un activo taller con el que emprenderá la ejecución de obras de gran envergadura, con las que consiguió un sólido prestigio en la Toscana y más allá.
Su obra de madurez combina la monumentalidad adquirida en sus años boloñeses con un aire más ligero y elegante, adquirido probablemente mediante la influencia de Sebastiano Ricci, el pintor veneciano, que visitó Florencia en 1706. Notable es su serie de pequeñas pinturas dedicadas a la Commedia dell'Arte (aprox. 1745-51), donde da muestras de una gran delicadeza e imaginación, y sus cartones para tapices (a partir de 1728), realizados para las manufacturas ducales.