Gutierre Tibón (Milán, Italia, 16 de julio de 1905 - Cuernavaca, Morelos, 15 de mayo de 1999)[1] fue un escritor italomexicano. Escribió extensamente sobre temas de identidad cultural, mezclando las ideas de la antropología, la lingüística, la psicología, la filosofía, la etnología, la sociología y la ciencia política.
Tibón nació en Lombardía (Italia). En sus primeros años trabajó como vendedor de máquinas de escribir, y diseñó y patentó el modelo portátil que los industriales suizos comenzaron a producir: la Hermes Baby, cuyas regalías le permitieron vivir con cierto desahogo.[1]
Después de viajar extensamente por Europa y por América por su trabajo, sus visitas a México lo llevaron a sentirse atraído por el país, y a él se trasladó en 1940. Se estableció como escritor y personalidad de la radio. Antes de llegar a México sólo había publicado dos libritos (en italiano y en francés), pero en ese país y en español publicaría más de 33 libros.[1] Su primer trabajo importante fue en la cultura y en las perspectivas de futuro de México. En "México, 1950: Un país en futuro" (1942) aguarda con interés lo que llamó un Feliz México, que él pensaba que podría lograrse en 1950. Abogó por un fuerte liderazgo y la intervención del gobierno para promover la educación de masas. Más tarde tuvo un éxito con "Viaje a la India por el aire", que se originó en la radiodifusión a partir de las conversaciones con el poeta Ricardo López Méndez sobre sus viajes en el Oriente Medio de camino a la India. La capacidad de Tibón para mezclar anécdotas, observaciones filosóficas y el comentario político sobre la cultura de los países por los que pasó el poeta durante el viaje es de gran popularidad.
Qué bueno que existen los sabios no académicos como Gutierre Tibón, Ernesto de la Peña, Arrigo Coen Anitúa y José E. Iturriaga, entre otros, que pueden o no dar clases, diplomados, conferencias o dedicarse libre y tranquilamente a investigar sin rendir informes a las autoridades [...], que les tienen sin cuidado el Sistema Nacional de Investigadores y el informe de fin de año. Su sabiduría está en sus libros, en sus comunicaciones verbales o escritas y sus lectores y escuchas así lo reconocen y premian. [...] Feliz Gutierre Tibón que podía escribir tranquilamente sobre el ombligo y decir cosas interesantísimas sobre los significados atribuidos al considerado centro corporal. Sólo un gran erudito con mente libre podía hacerlo y debemos agradecérselo.Álvaro Matute[2]