La arlequinada[1] (del inglés harlequinade, y este del francés arlequinade), también arlequinada británica para evitar confusión con la francesa y la italiana, es una farsa o pantomima que puede incluir una danza de ritmo rápido y alegre, de origen británico, aunque basada en las representaciones de la arlequinada de la comedia del arte italiana y de su personaje Arlequín.[2]
En la época victoriana del Reino Unido, la arlequinada se convirtió en epílogo habitual de la pantomima principal, por lo general sin trama aunque en forma de cuento de hadas dramatizado.[3] El hecho de que la mayoría de las pantomimas en los siglos xviii y xix finalizasen con la arlequinada, llegaría a convertirlas en la parte más importante del entretenimiento, incluyendo espectaculares efectos de escenario.[4] En Francia tuvo en Jean-Gaspard Deburau a su máximo exponente, al someter al personaje de Pierrot al esquema de la tradicional arlequinada.[5]
Como forma musical, la arlequinada se incluyó en las suites barrocas inglesa, francesa y alemana, por Jean-Philippe Rameau, Georg Philipp Telemann, entre otros, y más tarde por autores como Claude Debussy.
En el siglo xxi aparece de forma habitual como título de balés más o menos clásicos.