Hepatitis alcohólica | ||
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Micrograph showing a Mallory body, a histopathologic finding associated with alcoholic hepatitis. H&E stain. | ||
Especialidad | gastroenterología | |
Complicaciones | Cirrosis, insuficiencia renal, confusión, somnolencia y dificultad para hablar (encefalopatía hepática), ascitis, venas agrandadas (varices) | |
Factores de riesgo | Sexo, obesidad, factores genéticos, raza y etnia, consumo excesivo de alcohol | |
La hepatitis alcohólica (HA) (inflamación hepática) debido al consumo excesivo de alcohol. Mientras la cirrosis es una etapa tardía de la hepatopatía alcohólica, la hepatitis alcohólica es una etapa temprana de la enfermedad. Síntomas como ascitis, edema, fatiga, ictericia, y encefalopatía hepática pueden variar según la respuesta del propio organismo. Muchos casos son autolimitados, mientras que aquellos casos más severos incluso ponen en riesgo la vida del paciente.
Al utilizar la terminología hepatitis alcohólica, es importante entender la diferencia entre esteatohepatitis alcohólica (EHA) y hepatitis alcohólica (HA). Entre el 20% y el 40% de las personas que beben alcohol en grandes cantidades y tienen hígado graso ocasionalmente desarrollan inflamación hepática, que se conoce como EHA. La EHA es un diagnóstico basado en la histología hepática (requiere biopsia hepática), mientras que la HA es un diagnóstico clínico.[1]
La clínica, el antecedente de consumo de alcohol, más los hallazgos de laboratorio permiten confirmar el diagnóstico. Dentro de los hallazgos de laboratorio podemos observar:
El más sensible de estos valores es el aumento de la GGT.
Los diagnósticos diferenciales de la hepatitis alcohólica incluyen esteatohepatitis no alcohólica, hepatitis viral aguda o crónica, lesión hepática inducida por fármacos, enfermedad de Wilson fulminante, enfermedad hepática autoinmune, deficiencia de alfa-1 antitripsina, absceso hepático piógeno, colangitis ascendente o descompensación asociada con carcinoma hepatocelular.[1]
La ecografía es la primera prueba de diagnóstico por imagen de elección para evaluar a los pacientes con hepatitis alcohólica ; puede utilizarse para descartar cálculos biliares y otros trastornos de las vías biliares. No siempre es necesaria una biopsia hepática, pero es útil para descartar otros trastornos.[1]
El consumo crónico de alcohol lleva a un aumento de la permeabilidad intestinal, empeorando la endotoxemia, estimulando las células de Kupffer y debido a esto incrementa la producción de citoquinas proinflamatorias. Altos niveles de factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) activan las vías de muerte celular e inducen la producción de especies reactivas de oxígeno, aumenta los aniones superóxido, por medio de la mitocondria del hepatocito, llevando por último a una muerte celular.[7]
El tratamiento se basa principalmente en el uso de corticoides y medidas de mantención. Es necesario además estratificar al paciente usando la escala MELD o Child Pugh.
Pacientes con un índice de Maddrey superior a 32 o con encefalopatía hepática debería ser considerado para tratamiento con 40 mg diarios de prednisolona por 4 semanas, seguidos por una disminución gradual. El uso de corticoides más N-acetilcisteína ha demostrado una leve disminución en la mortalidad de los pacientes con hepatitis alcohólica, pasando del 38% en el grupo que solo recibió prednisona a 27% en el grupo que recibió prednisona más N-acetilcisteína.[8]
Un estudio randomizado encontró que entre los pacientes con un índice de Maddrey superior a 32 y al menos uno de los siguientes síntomas; Hepatomegalia palpable, Fiebre, Leucocitosis, encefalopatía hepática o soplo hepático), al ser tratados con pentoxifilina 400 mg oralmente 3 veces al día por 4 semanas solamente 1/4.6 pacientes moría.[9]