Herman Dooyeweerd | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
7 de octubre de 1894 Ámsterdam (Países Bajos) | |
Fallecimiento |
12 de febrero de 1977 Ámsterdam (Países Bajos) | (82 años)|
Nacionalidad | Neerlandesa | |
Religión | Protestantismo | |
Lengua materna | Neerlandés | |
Educación | ||
Educado en | Universidad Libre de Ámsterdam | |
Información profesional | ||
Ocupación | Filósofo y profesor universitario | |
Cargos ocupados | University president of the Vrije Universiteit Amsterdam | |
Empleador |
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Miembro de | Real Academia de Artes y Ciencias de los Países Bajos | |
Herman Dooyeweerd (Ámsterdam, 7 de octubre de 1894 – ibídem, 12 de febrero de 1977) fue un erudito holandés jurista de formación, filósofo por vocación y fundador de la filosofía de la idea cosmonómica.[1] Recibió temprano apoyo para su obra por parte de su cuñado D. H. Th. Vollenhoven. En años recientes se ha reconocido a Irg Hendrik van Riessen como la tercera columna en la conducción de este movimiento académico en los Países Bajos. También de cierta relevancia fueron Pierre-Charles Marcel en Francia, Von Alamassy en Hungría, y posteriormente Hendrik G. Stoker en Sudáfrica y Cornelius Van Til en los Estados Unidos.
Dooyeweerd intentó proporcionar una filosofía que no solo explicara las diferencias en la realidad no humana, sino también las diferencias entre los distintos pensadores. Siguiendo los pasos de Abraham Kuyper, y de otros de los primeros neocalvinistas, Dooyeweerd intentó describir la realidad como una creación de Dios, que tiene significado propio a partir de Dios. Este significado dado por Dios se manifiesta en todos los aspectos de la realidad temporal, lo que tiene implicaciones para la ciencia.
Dooyeweerd permitió conscientemente que su perspectiva cristiana guiara su entendimiento, pero en un modo filosófico de pensar más bien que en uno teológico. Creía que esto permitía al filósofo discernir el principio por el que la diversidad de significado se mantiene cohesionada en una unidad, en tanto que dirige su pensamiento al origen de las cosas, que es Dios, y hacia el propósito de Dios al hacer todas las cosas, que se halla en Cristo. Esta básica orientación religiosa deberá afectar a la forma en que el cristiano entiende las cosas.
Aunque conscientemente expone la naturaleza religiosa de su filosofía, Dooyeweerd sugiere que de hecho todo pensamiento es inevitablemente de carácter religioso. Este sello religioso es disfrazado cuando el supuesto origen del significado, hacia el que los diversos pensadores dirigen su pensamiento, no es nombrado Dios, sino más bien se dice ser algún aspecto de la creación. Esto, sugiere, explica por qué la ciencia humanista producirá amargas ideologías en conflicto. Esto ayuda a ubicar la "antítesis", la fuente de las irreducibles diferencias, entre las diversas perspectivas. Conforme a Dooyeweerd, la "antítesis" debe ser considerada como un tema fundamental en toda filosofía completa, y dicha antítesis es de naturaleza religiosa.[2]