Los jacales son alojamientos rústicos propios de zonas rurales de México fabricados con materiales naturales.
Sus pisos normalmente son de tierra apisonada o adobe y sus techos de tejamanil o paja. Sus diseños son muy variados pero generalmente se trata de un solo cuarto en el que se realizan múltiples actividades. Ya en la ciudad durante la colonización europea de América el jacal adquiere nuevas características y según algunos autores este se asigna a cuartos al interior de los patios traseros construidos de adobe, con techos de teja y designados a la servidumbre. Son propios del México prehispánico y del territorio del Sudoeste de EE. UU.
El término es muy propio de los mexicanos al decir anda de jacalera para referirse a la mujer quien anda visitando de casa en casa. Siguiendo el dicho A jacal viejo no le falta gotera por decir que una persona de edad siempre tiene achaques, y por último una estrofa que describe vivamente las condiciones de un jacal: