Kay Ryan | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
21 de septiembre de 1945 San José (Estados Unidos) | (79 años)|
Nacionalidad | Estadounidense | |
Educación | ||
Educada en |
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Información profesional | ||
Ocupación | Poeta, escritora y profesora | |
Área | Poesía y educación | |
Miembro de | Academia Estadounidense de las Artes y las Letras | |
Distinciones |
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Kay Ryan (San José (California), 21 de septiembre de 1945) es una poeta y educador estadounidense.
Fue ganadora del Premio Pulitzer de Poesía en 2011 [1] y poeta laureada de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos entre 2008 y 2010.[2]
Creció en diversos pueblos de California, pues su padre cambiaba de trabajo a menudo. Era perforador de pozos de petróleo y su madre era maestra de escuela a tiempo parcial. Obtuvo una licenciatura y una maestría en Inglés en la Universidad de California en Los Ángeles en 1968. En 1971 se trasladó al norte de California y empezó a dar clases de inglés. A la vez escribía poesía en un virtual aislamiento literario, pero gradualmente comenzó a atraer la atención de lectores, críticos y el establishment de la poesía dominante.[3]
Su compañera desde hace treinta años es Carol Adair.[2]
Ha colaborado en The New Yorker, The Atlantic Monthly, The New York Review of Books y The Paris Review, entre otras publicaciones.[3]
Su poesía se caracteriza por una mirada contundente pero irónica sobre la cotidianidad. Rara vez utiliza el "yo" sus poemas ya que afirma:«No uso 'yo' porque lo personal es demasiado candente y pegajoso para trabajar con ello. Me gustan las propiedades refrescantes de lo impersonal».[2]
La poesía de Ryan ha sido, a veces, comparada con la literatura asiática, por sus línes y versos breves, su tendencia a jugar con aliteraciones y rimas internas, y su uso de palabras con precisión.[3]
El bibliotecario del Congreso James H. Billington ha dicho de ella: «Kay Ryan es una voz distintiva y original dentro de la rica variedad de la poesía estadounidense contemporánea. Escribe poemas breves fácilmente comprensibles sobre temas improbables. Dentro de sus composiciones compactas hay muchas sorpresas en la rima y el ritmo y en el ingenio astuto que apunta a una sabiduría sutil».[2]
John Barr, presidente de The Poetry Foundation, dijo de ella: «A mitad de un poema de Ryan, uno está listo para una broma o una profundidad; normalmente termina en ambos. Antes de que nos demos cuenta, el poema llega a una percepción profunda e inesperada que probablemente alterará para siempre la forma en que vemos esa cosa».[2]