Kyrios (del griego antiguo: κύριος) denota un término griego que se interpreta como "señor", "tutor" o "maestro". En la sociedad de la Antigua Grecia, el kyrios era el tutor legal oficial de una mujer, quien, debido a su falta de estatus como ciudadana, requería la presencia de un tutor masculino adulto para realizar cualquier contrato legal.
Este tutor, además de actuar como un garante, desempeñaba el papel de protector. Para una mujer soltera, el kyrios típicamente era su padre, y en caso de fallecimiento de éste, podía ser un hermano, un tío u otro pariente masculino. Al casarse, este rol pasaba a ser cumplido por su esposo, y si quedaba viuda, podría ser su hermano o su hijo quien asumiera como kyrios.[1]
En otras épocas de la historia su sentido cambió.