La razón de mi vida es un libro autobiográfico escrito en Argentina por Manuel Penella de Silva para Eva Perón, por entonces primera dama, además de presidente del Partido Peronista Femenino y de la Fundación Eva Perón. Fue publicado inicialmente el 15 de septiembre de 1951 por Ediciones Peuser, con una tirada de 300.000 ejemplares, y fue reeditado en numerosas ocasiones en los años posteriores.
El libro fue firmado por Eva Perón en los tiempos en que ya estaba avanzado el cáncer que la llevaría a su muerte. No relata con demasiado detalle la historia cronológica de Evita, a diferencia de Mi mensaje, sino se trata, en cambio, de un manifiesto peronista. A menudo no describe sus propias opiniones, sino las de Juan Domingo Perón, con las cuales Evita expresa coincidir por completo.
El libro se divide en tres partes con un total de dieciocho capítulos/temas en la primera, veintiocho en la segunda y trece en la tercera.[1]
Luego de su edición se intentó publicar el libro internacionalmente, pero numerosas editoriales extranjeras se negaron a imprimirlo. [2] En 1952, poco antes de su muerte, el Congreso de Argentina ordenó que la autobiografía fuera de lectura obligatoria en las escuelas de todo el país, luego de que lo hubieran decretado las legislaturas provinciales de Buenos Aires y Mendoza.[3] La Fundación Eva Perón distribuyó cientos de miles de ejemplares en forma gratuita.
El 9 de marzo de 1956, por el decreto ley 4161 del dictador Pedro Eugenio Aramburu, se prohibió (bajo pena de prisión de 6 años o más) nombrar a Perón y Evita, cantar las marchas partidarias, usar escudo peronista, leer La razón de mi vida y los discursos o escritos de Perón, escribir las iniciales E.R, J.P o P.P o utilizar las expresiones “Tercera Posición”, “Justicialista” o “Peronismo”. Por lo cual leer, publicar o poseer una copia del libro se convirtió en delito.
Con el tiempo, las ediciones originales han tomado un gran valor.
Fue traducido al árabe por Malatios Khouri junto a El Santo de la Espada de Ricardo Rojas en su campaña de difusión de cultura argentina en Cercano Oriente durante el segundo gobierno de Perón.
El sacerdote Hernán Benítez, confesor espiritual además de muy cercano colaborador de Evita, revela en una entrevista el origen del libro, y refiere lo siguiente:
«Lo escribió (Manuel) Penella de Silva, estupendo, muy buen escritor. Ella lo conoció en Europa, durante su viaje. Después él vino a Buenos Aires. Yo tuve a sus hijas en mi curso de Antropología. Penella había escrito unos apuntes para una biografía de la señora de Roosevelt, el presidente norteamericano. ¿Sabía usted eso? Mire que es muy poco conocido. Ella le propuso que los adaptara para relatar su vida. Lo hizo y salió muy bien, requetebién. Pero escrito muy en español. Entonces, los borradores los tomó Mendé. Un escritor simple, sencillo y con un estilo muy de mujer, lo digo sin ánimo de crítica. El libro salió muy bien escrito, pero tenía muchos inventos, muchas macanas. Mendé lo escribió pensando en quedar bien con Perón. Salieron cosas ridículas. Por ejemplo, en lo que se refiere a los días de octubre del '45, donde dice: “No te olvides de los descamisados”. ¡Qué descamisados ni que ocho cuartos! Él no se acordó ese día. Quería el retiro e irse. El libro contiene, entonces, muchas falacias.»[4]