El lenguaje soez en latín es el uso del vocabulario grosero, impúdico u obsceno en ese idioma. El vocabulario obsceno del latín vulgar consistía principalmente en términos sexuales y escatológicos: la gran cantidad de groserías religiosas que se encuentran en las lenguas romanas es un desarrollo del cristianismo y como tal no aparece en el latín clásico. En el latín vulgar, las palabras que se consideraban como groseras se las describía como obsc(a)ena, ‘obsceno, vulgar’, inadecuadas para el uso público o improba, ‘impropias, de mal gusto o impúdicas’. En latín clásico, más formal, no hay registros de zafiedad excepto en trabajos satíricos, o en discusiones sobre las susodichas palabras.
Puesto que lenguaje soez, por definición, abarca las palabras usadas de manera muy informal, cabe destacar las fuentes de las groserías latinas: El conocimiento acerca de las malas palabras latinas proviene de una variedad de fuentes:
Mentula es la palabra básica en latín para el pene. Su condición de palabra soez se encuentra confirmada por Priapeia 29, en que mentula y cunnus son propuestos como ejemplos ideales de palabras obscenas:
Verpa también es una obscenidad básica para el ‘pene’. Aparece con menor frecuencia en latín clásico, pero efectivamente aparece en Catullus 47:
Verpus, adjetivo y sustantivo, se refieren al hombre cuyo glande se encontraba expuesto, debido a la erección o circuncisión; de este modo Juvenal tiene que
La etimología exacta de mentula es algo oscura, aunque al parecer sería un diminutivo de mēns, gen. mentis, la ‘mente’ (es decir, ‘la mentecita’). Mentum es el mentón.
Verpa posiblemente se relaciones con algo ‘empujado’ o ‘lanzado’; compárese el holandés werpen y el islandés verpa, que significan ‘lanzar’, así como la palabra del inglés antiguo weorpan del mismo significado, origen del vocablo inglés warp.
La palabra básica para testículos en latín era cōleī (singular: cōleus). Esta tuvo una alternativa, la forma consonante-raíz cōleōnēs (singular: cōleō), en latín tardío algunas veces culiō, culiōnēs, que está de una manera esparcida, atestiguado en latín clásico; esta, no obstante, es la palabra productiva en Romance.
La etimología de cōleī es oscura. Tucker, sin explicación, da *qogh-sleǐ-os (*kwogh-sleǐ-os?), y lo relaciona a cohum, una palabra dudosa para ‘broma’.