La lipofuscina o pigmento de desgaste, es un pigmento de color pardo-amarillento con fluorescencia propia, compuesto por polímero de lípidos y fosfolípidos, derivados de la peroxidación de los lípidos poliinsaturados de las membranas subcelulares.[1]
Su importancia radica en que es un signo de vejez celular originado por la acción de los radicales libres.[2] Es normal y no patológico observarla en preparaciones histológicas de tejido cardíaco (en el cono sarcoplásmico de la fibra muscular), hígado y tejido neuronal (en el soma de las neuronas), ya que estas células carecen de capacidad para regenerarse debido a su alto grado de especialización. En pacientes de edad avanzada la lipofuscina torna las vísceras de color pardo (atrofia parda, ya que además presentan su volumen disminuido).[3]