Metabisulfito de potasio

 
Metabisulfito de potasio
General
Otros nombres Pirosulfito de potasio
Disulfito de potasio
E 224
Fórmula molecular K2O5S2
Identificadores
Número CAS 16731558[1]
ChEMBL CHEMBL2106901
ChemSpider 26061
DrugBank DB15841
PubChem 28019
UNII 65OE787Q7W
Propiedades físicas
Apariencia Pequeños cristales blancos aciculares de fluidez libre
Densidad 2340 kg/; 2,34 g/cm³
Masa molar 222,32 g/mol
Propiedades químicas
Solubilidad en agua 450 g/l (20 °C)
Solubilidad insoluble en etanol
Familia bisulfitos
Peligrosidad
NFPA 704

0
2
1
IRR
Valores en el SI y en condiciones estándar
(25 y 1 atm), salvo que se indique lo contrario.

El metabisulfito de potasio es una sal de potasio. Cuando se emplea en la industria alimentaria aparece bajo el código E 224.[2]​ Se emplea con frecuencia en la industria enológica como conservante y fungicida.[3]

Propiedades

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Se trata de un polvo de textura cristalina con un olor picante a sulfuro.[2]​ Debe manipularse con cuidado ya que en contacto con los ojos y piel provoca irritación. La simple inhalación puede provocar edema pulmonar. Debe estar en un entorno alcalino, debe evitarse que entre en contacto con sustancias ácidas (y oxidantes) ya que libera anhídrido sulfuroso que es un gas tóxico e irritante.

Usos

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Se emplea como conservante alimentario en diferentes sectores de la industria; uno de los más corrientes en la elaboración de vino, mostos[3]​ y preparados cárnicos (hamburguesas y carnes picadas) donde se emplea por su función antioxidante y antiséptica en contra de las levaduras y bacterias no deseadas; de la misma forma facilita la solubilización de las sustancias fenólicas. Este aditivo añadido al vino proporciona dióxido de azufre a la vendimia como conservante, produciendo como efecto secundario un incremento de potasio en los vinos.

Referencias

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  1. Número CAS
  2. a b Nuria Cubero, Albert Monferrer, Jordi Villalta, (2003), Aditivos Alimentarios, Mundi-Prensa Libros, pág. 64
  3. a b Tullio de Rosa, (2005), Tecnología de los vinos blancos, Mundi-Prensa Libros, Madrid, pág. 121