Las microesferas o microperlas son partículas fabricadas de plástico de menos de un milímetro en su mayor tamaño.[1] Se fabrican con mayor frecuencia con polietileno, pero pueden ser de otros plásticos petroquímicos como el polipropileno y el poliestireno. Se utilizan en productos para el cuidado personal como exfoliantes, pastas dentales y en investigación biomédica y en ciencias de la salud.[2]
Las microesferas pueden causar contaminación de partículas plásticas del agua y suponen un peligro ambiental para los animales acuáticos en aguas dulces y oceánicas. En Estados Unidos, la Ley Microbead-Free Waters Act 2015 eliminó las microesferas en cosméticos para exfoliación desde julio de 2017.[3] Varios otros países también han prohibido las microesferas de los cosméticos por exfoliación, incluidos Canadá, Francia, Nueva Zelanda, Suecia, Taiwán y el Reino Unido.