El Misal romano (en latín, Missale Romanum) es el libro litúrgico de la Iglesia católica que contiene las ceremonias, oraciones y rúbricas para la celebración de la misa en el rito romano.
Se le llama «romano» porque es el oficial del rito romano. Por ello, es el misal de uso más extendido dentro de la Iglesia católica. El mismo consta de tres partes: el Ordinario de la Misa, con las oraciones de cada día; el santoral y las Misas votivas, y Misas de difuntos. Aunque escrito en latín, la lengua oficial de la Iglesia, ha sido aprobado por todas las conferencias episcopales una versión en la lenguas vernáculas.
La edición actual del misal, publicada por el papa Pablo VI en 1970, junto con los demás libros litúrgicos promulgados tras el Concilio Vaticano II, es la única expresión de la lex orandi del rito romano. No obstante, la actual normativa eclesiástica permite autorizar el uso de la liturgia romana anterior bajo ciertas condiciones.[1]
Mucho antes de la Alta Edad Media, varios libros se utilizaron para la celebración de la misa, entre ellos el sacramental (con las oraciones) y el leccionario. Poco a poco, aparecieron manuscritos que incorporaron todas estas partes en su conjunto en un libro que se llama Missale plenum, es decir, el Misal plenario, completo. También se publicaron misales reducidos como libros de piedad, para uso de los feligreses. Estos eran de menor tamaño y muchas veces contenían no las misas de todo el año sino solamente las de los domingos y festivos.
La codificación del Misal romano se debe a la iniciativa del Concilio de Trento, siendo promulgado en 1570 por el Papa san Pío V con la Bula Quo primum tempore. Hubo pequeñas reformas a lo largo de los siglos hasta el Concilio Vaticano II, incluso durante este.
Los siguientes papas hicieron pequeñas modificaciones como la inclusión de nuevos santos y algunos prefacios y modificaciones de la rúbricas:
Mientras que el Misal de 1962 debe ser empleado únicamente en la lengua litúrgica universal de la Iglesia latina —el latín—, el Misal de Pablo VI y Juan Pablo II puede usarse tanto en latín como en cualquiera de las lenguas vernáculas en las que existe una traducción aprobada por la Santa Sede.
El Misal romano está dividido en el "Propio de cada tiempo" y "Propio de los Santos", y en el Ordinario de la Misa.
Se pasó de tener un Canon Romano a tener 4 Plegarias Eucarísticas.
Se suprimió el salmo 43, Iudica me Deus, al pie del altar que se rezaba al comenzar la misa.
Se recuperó la Lectura del Antiguo Testamento en sección primera, se hizo "Responsorial" el Gradual (Salmo) y se colocó en segunda sección la lección de las Epístolas. Se recuperó también la primitiva Oración de los fieles (Plegaria Universal) pero se cambió absolutamente el Ofertorio asemejándola a la Pésaj hebrea.
Se suprimió el "Último Evangelio" que se leía al final de la Misa y las "Oraciones Leoninas" aunque la Oración a san Miguel arcángel continúa vigente para la práctica de los fieles posterior a la Antífona final a la Virgen.
Una crítica a un proyecto de la reforma de 1969 del Misal Romano fue formulada por un grupo de teólogos encabezados por el Arzobispo francés Marcel Lefebvre y que en su momento hicieron suya los cardenales Antonio Bacci y Alfredo Ottaviani. El trabajo del grupo se cristalizó en el texto conocido como Breve examen crítico del Novus Ordo Missæ o intervención de Ottaviani en el cual se enumeran metódicamente unas críticas al nuevo Ordinario de la misa (en latín novus Ordo Missae). En respuesta se retocó ligeramente el texto de la Institutio Generalis Missalis Romani (Instrucción General del Misal Romano)[3] añadiendo una vez la palabra "sacrificio" para definir a la celebración y el término "transubstanciación" para designar a la consagración de la Eucaristía, la que fue incluida en la primera edición típica del Misal Romano revisado que apareció en 1970.