Nacor (Heb. נָחֹור) es el nombre de dos personajes y de una ciudad mencionados en la Torá y la Biblia.
Nacor | ||
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Familia | ||
Padres | Serug | |
Hijos | Taré | |
Según el Génesis, Nacor fue el hijo de Serug y padre de Taré, quien fue el padre de Abraham. Vivió ciento cuarenta y ocho años, desde 2177 hasta 2029 a. C.[1] Según el Libro de los Jubileos, su madre fue Melca, hija de Kaber y se casó con 'Iyoska, hija de Nesteg del pueblo de Ur de los caldeos (el hijo de Arfaxad de quien Ur recibe su nombre). Nacor tenía veintinueve años de edad cuando nació su hijo Taré y vivió hasta los 148.[2]
Según el Génesis, hubo otro Nacor que era hijo de Taré, nieto de Nacor (el hijo de Serug) y hermano de Abraham. Génesis 11:26;
Descendientes de Taré
Ésta es la historia de Taré, el padre de Abram, Nacor y Harán.
Harán fue el padre de Lot, y murió en Ur de los caldeos, su tierra natal, cuando su padre Taré aún vivía. Abram se casó con Saray, y Nacor se casó con su sobrina Milca, la hija de Harán, el cual tuvo otra hija llamada Iscá. Pero Saray era estéril; no podía tener hijos.
Taré salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar, y allí mismo murió Taré a los doscientos años de edad. Nacor se casó con su sobrina Milca, hija de su hermano Harán y hermana de Lot. Este Nacor vivió en la tierra de su nacimiento al este del río Éufrates en Aram. Con Milca tuvo ocho hijos, y con su concubina, Reumá, tuvo otros cuatro, doce en total, algunos de los cuales llegaron a ser cabezas tribales. (Génesis 11:27,29; 22:20-24.) Por medio de su hijo Betuel, Najor llegó a ser abuelo de Labán y de Rebeca; Rebeca se convirtió en esposa de Isaac, hijo de Abraham. Este Najor fue así bisabuelo de Lea, Raquel, Jacob y Esaú.[3]
Según el libro de Génesis, Nacor es también el nombre de una ciudad ubicada en la región de Aram-Naharaim.[4] De acuerdo a la Biblia, cuando Abraham ya era un hombre de edad avanzada y vivía en Cananea, le pidió a su criado más anciano quien le administraba todas sus posesiones, que viajara a Nacor, su tierra nativa, a buscar esposa para su hijo Isaac, quien también era su amo. El criado tomó a diez de los camellos de sus amos, los cargó de toda clase de regalos (objetos de oro, de plata y vestidos) y se dirigió entonces a "la ciudad de Nacor", posiblemente Harán o un lugar cercano, o a la Nahur que con frecuencia se menciona en varias tablillas de Mari del II milenio a. C.[5][6] Cuando el criado llegó, hizo arrodillar a los camellos a la orilla de un pozo que se encontraba a las afueras de la ciudad y esperó al atardecer que es cuando llegaban las muchachas a sacar agua, le pidió a Dios una señal para encontrar la mujer propicia para su amo Isaac. Apenas había acabado de hablar cuando salió de la ciudad una bella doncella con un cántaro al hombro; bajó hasta la fuente, llenó su cántaro y volvió a subir, el criado corrió a su encuentro y le dijo: "Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro", Rebeca bajo de su hombro el cántaro, lo puso en su brazo y le dijo "Bebe, señor mío". Cuando terminó de darle de beber ella le dijo "Voy a sacar agua también para tus camellos", enseguida vació el contenido del cántaro en el abrevadero y corrió de nuevo a la fuente por más agua y dio de beber a todos los camellos mientras el criado la contempló en silencio. El hombre le preguntó: "¿De quién eres hija? Dímelo, por favor ¿Hay sitio en casa de tu padre para que pasemos la noche?", ella le contestó: "Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nacor" y añadió: "También tenemos paja y forraje en abundancia y sitio para pasar la noche". El criado sorprendido tomó un anillo de oro de unos seis gramos de peso y se lo puso en la nariz, y le colocó en los brazos dos pulseras de oro de unos ciento veinte gramos, luego se inclinó en señal de adoración y agradeció a Dios al saber que había encontrado a la mujer que estaba buscando, ya que era Rebeca, nieta de Nacor e hija del hermano de su amo Abraham. Posteriormente realizó el viaje de regreso con ella a casa de Isaac, quien por entonces habitaba en la región de Negueb y quien vivía en duelo por la muerte su madre Sara en la casa que ella le dejó, junto al pozo de Lajay Roi. Una tarde Isaac salió a pasear por el campo y vio acercarse a unos camellos, Rebeca también lo vio y le preguntó al criado "¿Quién es aquel hombre que se dirige hacia nosotros?" y él respondió "Es mi amo", entonces ella se cubrió el rostro con su velo. El criado se bajó del camello y le contó a Isaac que su padre lo había enviado a Nacor, su ciudad natal, a buscar una mujer para casarse con él, porque Abraham no quería que se casara con una cananea y que la mujer que había encontrado era Rebeca, su prima y quien nunca había estado con un varón. El condujo a los viajeros y a los camellos a la casa, donde se casó con ella y Rebeca con su amor consoló a Isaac por la pérdida de su madre. Una vez enterado de los hechos, Abraham legó todo lo que poseía a Isaac. Cuando Jacob se separó de Labán, este invocó "el Dios de Abrahám y el Dios de Nacor" para que juzgase entre ellos.[7]