La palpación es el proceso de examinar el cuerpo utilizando el sentido del tacto. Es la técnica diagnóstica que utiliza el tacto de las partes externas del cuerpo o bien de la parte accesible de las cavidades. Palpar consiste en tocar algo con las manos para conocerlo mediante el sentido del tacto.[1] Este acto proporciona información sobre forma, tamaño, temperatura, consistencia, superficie, humedad, sensibilidad y movilidad.
La palpación médica es algo más que el simple uso de las manos para tocar; «examinar» se puede definir como la investigación por medio de la inspección o de la manipulación, e incluso sugiere que se trata de un examen riguroso, una investigación o una exploración de fundamental importancia.
Directa o inmediata: por medio del tacto y presión.
Indirecta: armada o instrumental mediante instrumentos que permitan explorar conductos o cavidades naturales o accidentales (sondas acanaladas, catéteres, estiletes, entre otras).
Según el grado de presión:
Superficial: con presión suave para obtener resultados táctiles finos (textura de piel, tamaño de ganglios linfáticos, entre otras).
Profunda: con presión interna para producir depresión y así percibir órganos profundos.
Unidigital o bidigital: para investigar puntos dolorosos, medir panículo adiposo, estudiar movilidad de piel y otros.
Según el tipo de exploración:
Tacto: mediante 1 o 2 dedos. Se utiliza para la exploración de cavidades rectal y vaginal.
Manual sencilla o bimanual; en esta última se utilizan ambas manos, una para sentir, la cual se coloca contra el abdomen, y la otra contra la "mano activa" aplicando presión mediante las protuberancias blancas de la mano pasiva.