Pastor Milciades Coronel | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
9 de agosto de 1929 San Estanislao | |
Fallecimiento |
19 de septiembre de 2000 Asunción | |
Nacionalidad | Paraguaya | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político | |
Partido político | Partido Colorado | |
Pastor Milciades Coronel fue el Jefe del Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital del Paraguay durante gran parte de la dictadura del general Alfredo Stroessner. Es considerado como el personaje emblemático del sistema represivo policial de ese gobierno y responsable de múltiples casos de violaciones a los derechos humanos.
Pastor Coronel nació el 9 de agosto de 1929 y era un gris funcionario del Ministerio de Educación y Culto cuando, en 1968, fue convocado por Alfredo Stroessner para reorganizar el Departamento de Investigaciones y convertirlo en el centro neurálgico del sistema de seguridad política del régimen. Bajo la dirección de Pastor Coronel esa repartición policial, ubicada en la calle Presidente Franco casi Chile, en el mismo centro de Asunción se convertiría en el más temible antro de interrogatorios, torturas e incluso ejecuciones de quienes eran sospechados de ser opositores al gobierno.[1]
La modernización de la estructura represiva incluyó un ágil sistema de archivo de fichas y datos de inteligencia y la subdivisión de las tareas en direcciones especializadas en determinadas áreas, como sindicatos, centros estudiantiles, gremios, fronteras y movimientos políticos. La más importante de estas direcciones era la denominada “de Política y Afines” que estuvo, desde comienzos de la década del setenta, a cargo de Alberto Buenaventura Cantero, antiguo dactilógrafo del Departamento. De esas oficinas dependían los policías que, de acuerdo a los relatos de los ex presos políticos, fueron los autores de numerosos tratos inhumanos, crueles y degradantes.
Pastor Coronel tenía también a su cargo el Departamento de Identificaciones, dependencia encargada de expedir los documentos personales de la población paraguaya. Esta facultad le otorgaba un gran poder y era una considerable fuente de ingresos a la institución.
Temido, influyente y dueño de una creciente fortuna personal, Pastor Coronel también incursionó en la política interna del Partido Colorado. Lo hizo con el apoyo de “milicianos” provenientes de su pueblo natal, San Estanislao, a quienes armaba simbólicamente con amenazantes machetes. En ciertas fechas partidarias los llamados “macheteros de Santaní”, que respondían a su líder, el jefe del Departamento de Investigaciones de la Policía, marchaban blandiendo sus machetes en alto.
La tortura fue sistemática durante el gobierno de Alfredo Stroessner. Los casos políticos eran centralizados en el Departamento de Investigaciones, cuyo jefe,[2] Pastor Coronel, coordinaba, ordenaba y supervisaba personalmente muchos de los maltratos ejercidos sobre los presos.[3] La mayor parte de estos casos no hubieran podido ser probados si no fuera por la aparición, el 22 de diciembre de 1992, de los archivos completos de la Policía stronista. Estos archivos, cuyo orden demostraba la obsesión de Pastor Coronel por ser meticuloso en el cuidado de los documentos policiales fueron encontrados casi cuatro años después del golpe de Estado que derribó al presidente Stroessner, luego de 35 años al mando absoluto del país.
Los “archivos del Terror” se constituyeron en pruebas inequívocas de los abusos cometidos por la Policía de Stroessner y echaron por tierra los presuntos desconocimientos de la misma sobre la suerte de muchos desaparecidos políticos durante la dictadura. Esos documentos fueron la base jurídica que permitió enjuiciar y posteriormente condenar a largos años de cárcel a varios de los torturadores policiales. Entre ellos, el mismo Pastor Milciades Coronel, convertido en millonario y hombre fuerte del poder, pero a la vez en la imagen más odiada del viejo régimen.
Fue apresado casi inmediatamente después del golpe de Estado llevado a cabo el 3 de febrero de 1989 por el general Andrés Rodríguez y ya no saldría en libertad hasta su muerte. Fue condenado a 25 años de prisión por su responsabilidad personal en varios casos de tortura y asesinatos de presos políticos. Acosado por una obesidad mórbida, causante de numerosas complicaciones metabólicas y cardiovasculares, falleció el 19 de septiembre de 2000, convertido en el símbolo de la represión política que caracterizó al gobierno de Alfredo Stroessner.