En la mitología griega Pena o Poine (en griego, Ποινή, Poiné) era la personificación de la venganza y el castigo por matar a un hombre. Su equivalente romana era Poena. Se le relacionaba con Praxidice, que imponía la justicia. Se usaba también este término para denominar el dinero que entregaban los asesinos a la familia de la víctima con el fin de expiar su crimen.
Algunos autores hablan de las penas, en plural, para describir a espíritus vengadores de los homicidios. Era común representarlas en las tragedias.[1] Higino habla de Ultio (Venganza), una de las muchas personificaciones concebidas por el Éter y la Tierra.[2] Valerio Flaco dice que Esón y Alcímede invocaron a las fuerzas de la venganza para sentenciar al malhechor Pelias: «tú, oh doncella — Dike (la Justicia)— , que informas de los actos culpables a Jove (Zeus), que miras a la tierra con ojos infalibles, vosotras, diosas vengadoras Erinis, tú, Ley Divina, y tú, Pena (la Venganza), anciana madre de las Furias (Erinias), entrad en el pecaminoso palacio del rey, y traed sobre él vuestras feroces antorchas.».[3] También fueron responsables de la locura del trágico Orestes: «Orestes, con la mente trastornada por las Penas (Venganzas) y los miedos ciegos, toma una espada y acuchilla a las bandas armadas de esta feroz madre».[4] Estacio alega que pertenece a la corte de dioses del Erebo, presidido por Hades: «a su alrededor, las Furias y las diversas Muertes (Thanatoi) están en el orden debido, y la salvaje Pena lanza sus espirales de chirriantes cadenas».[5]
Una leyenda relatada por Pausanias decía que Pena fue enviada por Apolo para castigar a los argivos por la muerte de su hijo Lino. Poine «arrebataba los hijos a sus madres». Sin embargo, Pena fue muerta por Corebo.[6] Se dice que Poine fue invocada desde las profundidades del inframundo, «hacia el río Aqueronte, en la guarida profana de las Euménides».[7] En la Suda se asocia a Poine con Ker y las Keres.[8]