El perfilado racial (varias formas, véase § Historia; en inglés: racial profiling) designa el trato discriminatorio hacia otras personas según sus rasgos étnicos, aunque también puede extenderse a la percepción de su nacionalidad o su religión.[1]
Se trata de la elaboración de un perfil racial a partir de un estereotipo, y de la consiguiente generalización de las personas que se asocian al mismo. El término se emplea sobre todo para referirse a situaciones en que un policía o un vigilante de seguridad señala y trata a una persona como sospechosa motivado por esta generalización, más que atendiendo a factores individuales.[1]
Aunque la práctica es sin duda muy anterior, el término profiling («elaboración de perfiles») empezó a emplearse en inglés hacia los años 1980 en un sentido general, por ejemplo, la elaboración de perfiles de consumidores.[2]
El concepto empieza a emplearse en español a principios del siglo XXI, sin que haya una forma claramente establecida. El término profiling, que en inglés designa la acción de realizar un perfil, se ha traducido como «perfilado»,[3][4][5] «perfilamiento»[6] o bien «perfilaje».[7] Por otra parte, en ocasiones se emplea en español «étnico» en lugar de «racial».[8]
El perfilado racial afecta a las minorías étnicas y religiosas, que son sujetas a paradas policiales de forma desproporcionada[cita requerida].
En España, un estudio de la Universidad de Valencia sobre identificaciones policiales, en colaboración con la Universidad de Oxford y basado en una encuesta a 2000 personas realizada por la agencia Metroscopia, indica que personas de rasgos gitanos, magrebíes, negros y amerindios son abordadas por la policía hasta 10 veces más que las personas caucásicas europeas. Igualmente, los musulmanes son identificados más que el resto.[8][9]
En el caso de Estados Unidos, el perfilado racial también afecta a sus distintas minorías étnicas y religiosas, particularmente a afroestadounidenses, latinos, árabes y musulmanes (particularmente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001) y personas provenientes del sureste asiático.[1] Se ha observado una disminución de este perfilado cuando es objeto de atención por parte de los medios de comunicación.[10] La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) califica la aplicación de perfiles raciales de contraria a la premisa constitucional de igual protección bajo la ley[nota 1] y no sujeción a pesquisas o detenciones arbitrarias,[nota 2] además de acusarla de provocar la pérdida de credibilidad y confianza de la población hacia los agentes del orden.[1]