El pestiño —del latín pistus: «majado», «batido»— es un tipo de fruta de sartén que se suele servir como dulce navideño o de Semana Santa, típico de Andalucía y otras zonas de España, elaborado con masa de harina, frito en aceite de oliva y pasado por miel.[1][2]
La historia del pestiño puede remontarse al menos hasta el siglo XVI, y probablemente es mucho más antiguo. La primera referencia literaria se encuentra en La Lozana andaluza (1528). El pestiño está emparentado con la shebbakiyya marroquí, lo que sugiere un posible origen común, quizá andalusí. Mientras que el pestiño suele prepararse en fechas navideñas o durante la Semana Santa, la shebbakiyya se consume con frecuencia durante el mes de ramadán por su valor energético, ideal para romper el ayuno. Ello nuevamente sugiere un origen común asociado a celebraciones religiosas que a su vez podría relacionarse con otras frutas de sartén que tienen su origen en la Pascua judía.[cita requerida]
A la masa se le suele dar sabor con ajonjolí. Su tamaño y forma son variables, aunque por lo general suele ser un cuadrado de masa con dos esquinas opuestas plegadas hacia el centro. Uno de sus ingredientes optativos es la matalaúva (también llamada anís en grano). También se elaboran con azúcar, como una alternativa a la miel.[cita requerida]
En la confitería tradicional costarricense existe un dulce heredado del pestiño, llamado prestiño y que consiste en una masa de harina frita y bañada en panela.[3] En la cocina tradicional ecuatoriana se conoce a estos bocadillos como «pristiños», vocablo derivado de su original español, se sirven igualmente con miel de panela en fiestas navideñas.