Prochilodus magdalenae | ||
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Estado de conservación | ||
No evaluado[nota 1] | ||
Taxonomía | ||
Reino: | Animalia | |
Filo: | Chordata | |
Clase: | Actinopterygii | |
Subclase: | Neopterygii | |
Infraclase: | Teleostei | |
Superorden: | Ostariophysi | |
Orden: | Characiformes | |
Familia: | Prochilodontidae | |
Género: | Prochilodus | |
Especie: |
P. magdalenae Steindachner, 1879 | |
Sinonimia | ||
Prochilodus asper magdalenae Steindachner, 1879 | ||
El sábalo, coporo o bocachico (Prochilodus magdalenae) es un pez de agua dulce y de clima tropical. Vive en ciénagas y ríos preferencialmente en tributarios laterales. Es originario de la cuenca del rio Magdalena, se encuentra principalmente en el fondo, es un pez succionador.
Los machos miden al menos 30 cm, pero pueden llegar alcanzar los 50 cm de longitud total.[3] La boca es pequeña, carnosa y prominente; provista de una serie de dientes diminutos en los labios; presenta espina predorsal punzante. El cuerpo es de color plateado uniforme; las aletas tienen matices rojos o amarillos; escamas rugosas al tacto.[4]
Durante la época de aguas altas permanece en las ciénagas alimentándose del detritus proveniente de la descomposición de materia orgánica de la vegetación acuática, aumentando en tamaño y peso. Con el inicio del periodo de aguas bajas, abandona las ciénagas y remonta los ríos en busca de los tributarios laterales, en una migración masiva conocida como "la subienda". Durante el período seco se alimenta de algas que crecen adheridas a las rocas y palos sumergidos. El gasto de energía para remontar los ríos y la dieta menos rica le hacen perder peso y se desencadena la maduración sexual. Con la llegada de la estación de lluvias retorna a las ciénagas. Durante el descenso tiene lugar el desove en los canales de los ríos y las aguas de desborde se encargan de transportar los alevinos a las planicies de inundación donde se reinicia el ciclo.[4]
El bocachico tiene una alimentación detritivora (se alimentan de detritos, materia orgánica en descomposición) succionando con su boca el lodo del fondo para aprovechar detritos orgánicos.
Se encuentran en Sudamérica y Panamá: cuencas de los ríos Atrato, río Catatumbo, río Caquetá, Sinú, San Jorge, Cauca y Magdalena en Colombia. río Changuinola, río Teribe, río Yorkin y río Sixaola en Panamá, río Orinoco
La sobrepesca, métodos inadecuados de captura, contaminación, sedimentación por deforestación, introducción de especies exóticas y drenaje de cuerpos de agua o taponamiento de caños y quebradas lo han afectado. En Colombia pasó de "En peligro crítico" en 2002 a "Vulnerable" en 2012.[1] Sin embargo, el estado mundial de la especie aún no ha sido evaluado por la IUCN.[2]