Un producto de origen animal es cualquier material derivado del cuerpo de un animal. Por ejemplo las grasas, la carne, la sangre, la leche, los huevos y otros productos menos conocidos, como la cola de pescado y el cuajo.[1]
Se define como producto o subproducto animal según las regulaciones vigentes en cada territorio. Por ejemplo, mientras que para el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) son los productos extraídos o fabricados a partir de ganado exceptuando tejido muscular, en la UE están definidos en términos más generales en función de si las personas los consumen o no. Así entonces los huevos de gallina para consumo humano son considerados subproductos animales en los EE. UU. pero no en Francia, mientras que los huevos destinados para alimentar animales están clasificados como subproductos animales en ambos países. Esto no refleja en sí en la condición, seguridad o “integridad” del producto.
Los subproductos animales son cadáveres y partes de cadáveres de mataderos, refugios de animales, zoológicos y veterinarias, y productos del origen animal no pretendido para consumo humano, incluyendo restos de comidas. Pueden ser procesados para alimentos de consumo humano y no humano, grasas y otros que pueden ser vendidos para hacer productos comerciales como cosméticos, pinturas, limpiadores, abrillantadores, pegamentos, jabones y tintes. La venta de subproductos animales permite a la industria de la carne competir económicamente con industrias que venden fuentes de proteína de vegetal.
Generalmente los productos hechos de animales fosilizados o descompuestos (como el petróleo, formado por restos de antiguos animales marinos) no son considerados productos animales. Los cultivos crecidos en suelo fertilizado con restos animales raramente son caracterizados como productos animales.
Varias dietas prohíben la inclusión de algunos productos animales, incluyendo la vegetariana, la kosher y la halal. Otras dietas como el veganismo y crudiveganismo excluyen todo ingrediente de origen animal.[2]
Son partes de cuerpos de animal cortados de su preparación para utilizar como comida. Estos deshechos pueden provenir varias fuentes, incluyendo mataderos, restaurantes, tiendas y granjas. En el Reino Unido se clasifican como de riesgo categoría tres en las regulaciones de subproductos animales, exceptuando la carne decomisada que es categoría dos.