La prostitución en Grecia es legal desde los 18 años y está regulada mediante leyes específicas.[1] En Grecia hay aproximadamente 18.200 prostitutas.[2] Se estima que menos de 1.000 mujeres están legalmente empleadas como prostitutas. Las demás mujeres, la mitad de las cuales son de origen extranjero y la otra mitad son griegas, se dedican a la prostitución ilegal.[3] Muchas mujeres afectadas por la crisis económica han recurrido al ejercicio de la prostitución huyendo de la pobreza.[4]
Las mujeres que trabajan legalmente como prostitutas deben ser mayores de 18 años, solteras, con permiso de residencia y de trabajo en el país. Han de estar sanas, sin enfermedades de transmisión sexual ni trastornos mentales, no ser drogodependientes y no haber sido nunca condenadas por homicidio, proxenetismo, pornografía infantil, tráfico de estupefacientes, robo o chantaje. Deben estar empadronadas en la población donde trabajan y están obligadas a portar una tarjeta médica y actualizarla cada dos semanas; solo pueden trabajar en burdeles estatales, llamados estudios.[4] Estos burdeles deben tener permisos, que desde 1999 son concedidos por el estado.
El ofrecimiento de servicios sexuales en la vía pública es ilegal, pero común.[4]
El proxenetismo es un delito en Grecia.
El uso del condón entre clientes es bajo. ONUSIDA estima que sólo se usa en un 4 % de relaciones sexuales. Esto aumenta el riesgo de transmisión del VIH y otras ITS.[4]
A mediados del siglo XX, la contratación de prostitutos masculinos por parte de hombres homosexuales de clase media era una realidad en Grecia. Esta clase de prostitución se llevaba a cabo en burdeles especiales denominados «κωλοχανεία» ("colonias").[5]