Un puente levadizo es un tipo de puente móvil que se puede levantar con la ayuda de una instalación mecánica para así permitir la entrada a través de un portón, o bien para permitir el tráfico marítimo a través de un cuerpo de agua. La parte que se mueve es muy ancha se gira a través de un eje horizontalmente o a modo de bisagra. Para elevar la plataforma se utilizan cuerdas o cadenas acopladas en las esquinas opuestas al eje.
Para asegurar la entrada en una ciudad, una fortaleza o castillo se utilizaron este tipo de mecanismos y métodos en la Edad Media.
Las entradas a los fuertes y castillos siempre fue un punto débil por lo que a lo largo de la historia se idearon diferentes artilugios para su protección. Con la ayuda de un puente levadizo se pudo evitar el acceso a través del foso de forma efectiva y rápida. En la Edad Media también se hizo uso de puentes de madera destruibles en caso de que fuera necesario, pero un puente levadizo, además de su flexibilidad, también permitía una salida rápida en caso de que fuera necesario. Para impedir que se bajase el puente por medio de ganchos desde el exterior, a menudo la plataforma se alojaba en una hendidura.
En la edad medieval se utilizaron principalmente dos tipos de construcciones para elevar la plataforma:
Este tipo de puentes también se usan para accesos sobre cuerpos de agua. Principalmente se utilizan puentes de dos plataformas y cada una se alza en dirección opuesta y suelen basarse en el principio de rodillos.